sábado, 10 de octubre de 2015

E-REDUCCIONISMO

Por un momento estuve tentado de pensar que el bandismo empezaba a recular como expresión sociológica. Pero me equivocaba. Siempre aparecen fenómenos sorprendentes que recuperan lo peor de nosotros. Tal vez nunca se fue del todo y su contracción social solo fuera un espejismo. Tal vez sea un iluso y un confiado.

Porque me he dado cuenta de que hoy más que nunca asistimos a la materialización de uno de los peores bandismos. Por fácil y extendido: El reduccionismo en Internet.

Las redes sociales podían haberse convertido en el anhelado espacio para el intercambio y el enriquecimiento mutuo que muchos deseabamos. Sin embargo se han quedado simplemente en reflejo de lo que somos los humanos: una sociedad heterogenea en que la mediocridad y la simpleza campas por sus anchas. 

La mejor muestra es la práctica imposibilidad para mantener una conversación en público sobre un tema. Rápidamente aparecen en ella posicionamientos encontrados de manera polarizada y agresiva, trolls destructivos, aprovechados del anonimato, incapacitados para la empatía, etiquetadores y adjudicadores de bandos, intervinientes que creen que eres de los suyos en todo por compartir una idea (o dar un "me gusta") o que eres de los otros y por tanto sue enmigo en todo por manifestar un desacuerdo, etc.

No sabemos "dialogar" en vivo así que no se podía esperar otra cosa de hacerlo virtualmente.

De todos las "tics" que se repiten en ese campo el que menos soporto es la maniquea tendencia a la etiqueta y el reduccionismo simplificador. Esta es una clara herencia de otro fenómeno que ya hemos tratado: la obsesión por los "titulares" en prensa, por los "slogans" cortos, por los "tuiteos" de menos de 144 cacracteres".

Me duele ver retorcidos mis argumentos como lazos por los necios (Rudyard Kipling dixit) para llevarme a su terreno, usarme como fuente de autoridad respaldando alguna aberración con la que no estoy de acuerdo en absoluto, o contradecirme sin sus propias razones. Me duele explicar una idea compleja (que por esencia es rebatible y en eso está lo verdaderamente hermoso, y lo es por su complejidad que a menudo paga el precio de la precisión en términos de completa coherencia) y que alguien, para que pueda ser entendida por mentes simples como la suya, la reduzca a un slogan básico y generalizador del que se pueda decir "ah, ahora lo entiendo. Tu eres de los míos (o de los otros)". Las ideas complejas lo son precisamente porque no pueden traducirse a lenguajes simplificadores. El absurdo esfuerzo por encontrar en los casos complejos de abstracciones conceptuales una frase que los resuma las convierte en otra cosa. No todo es científico y racionalista y puede ser aplicado a todos los casos sin excepción como regla (Ni la excepción confirma nada). Si no entiendes algo, no lo entiendes. Punto. A mi me pasa a menudo. Y no por ello convierto el mensaje en algo distinto de lo que significa para poder entenderlo.

En un argumento de alguien con empatía e inteligencia pueden encontrar conexiones con las que simpaticen personas de distinto punto de vista. En una explicación puede haber coherencia interna sin que tenga que tenerla con un corpus de ideas que los simples a priori presumen conectadas a aquella por afinidad. Nada es absoluto (afirmación absoluta por excelencia) y todo tiene excepciones, matices, grises y tonalidades. La idea general llevada al detalle conlleva contradicciones sobre las que es enriquecedor hablar, y no son errores ni invalidan la hipótesis. 

No pasa nada por reconocer estar en parte de acuerdo con alguien y en parte no. Hace más amable y verdadero el debate.

Y ya.





miércoles, 30 de septiembre de 2015

CONMIGO O CONTRA MI

Un lector me preguntó el otro día por mi escepticismo político: mi falta de fe en el futuro y mi despego de esta casta parásita que nos gobierna, sólo comparable a la desconfianza que siento hacia nosotros los gobernados: sin víctimas fáciles no hay verdugos impunes. Siempre sostuve, porque así me lo dijeron de niño, que los únicos antídotos contra la estupidez y la barbarie son la educación y la cultura. Que, incluso con urnas, nunca hay democracia sin votantes cultos y lúcidos. Y que los pueblos analfabetos nunca serán libres, pues su ignorancia y su abulia política los convierten en borregos propicios a cualquier esquilador astuto, a cualquier lobo hambriento, a cualquier manipulador malvado. También en torpes animales peligrosos para sí mismos. En lamentables suicidas sociales.

Hace dos largas décadas que escribo en esta página. También, en los últimos dos años, Twitter me ha permitido acercarme a lo más caliente de nuestro modo de respirar. Y no puedo decir que sea confortable. Inquieta el lugar en que una parte de los lectores españoles se sitúan: lo airado de sus reacciones, el odio sectario, la violenta simpleza -rara vez hay argumentos serios- que a menudo llegan a un desolador extremo de estolidez, cuando no de infamia y vileza. Cualquier asunto polémico se transforma en el acto, no en debate razonado, sino en un pugilato visceral del que está ausente, no ya el rigor, sino el más elemental sentido común.

Destaca, significativa, la necesidad de encasillar. Si usted opina, por ejemplo, que a Manuel Azaña se le fue la República de las manos, no encontrará criterios serenos que comenten por qué se le fue o no se le fue, sino airadas reacciones que, tras mencionar el burdo lugar común de Hitler y Mussolini, acusarán al opinante de profranquista y antidemócrata. Y si, por poner otro ejemplo, menciona el papel que la Iglesia Católica tuvo en la represión de las libertades durante los últimos tres siglos de la historia de España, abundarán las voces calificándolo en el acto de anticatólico y progre de salón. Pondré un ejemplo personal: una vez, al ser interrogado sobre mi ideología, respondí que yo no tengo ideología porque tengo biblioteca. No pueden ustedes imaginar cómo llovieron, en el acto, las violentas acusaciones de que escurría el bulto «y no me mojaba». Y es que en España parece inconcebible que alguien no milite en algo y, en consecuencia, no odie cuanto quede fuera del territorio delimitado por ese algo. Reconocer un mérito al adversario es para nosotros impensable, como aceptar una crítica hacia algo propio. Porque se trata exactamente de eso: adversarios, bandos, sectas viscerales heredadas, asumidas sin análisis. Odios irreconciliables. Toda discrepancia te sitúa directamente en el bando enemigo. Sobre todo en materia de nacionalismos, religión o política, lo que no toleramos es la crítica, ni la independencia intelectual. O estás conmigo, o contra mí. O eres de mi gente -y mi gente es siempre la misma, como mi club de fútbol- o eres cómplice de la etiqueta que yo te ponga. Y cuanto digas queda automáticamente descalificado porque es agresión. Provocación. Crimen.
Qué fácil resulta entender, así, nuestra despiadada Guerra Civil. Si ahora no se dan delaciones y paseos por las cunetas, es sencillamente porque ya no se puede. Pero las ganas, el impulso, siguen ahí. Me pregunto muchas veces de dónde viene esa vileza, esa ansia de ver al adversario no vencido o convencido, sino exterminado. La falta de cultura no basta para explicarlo, pues otros pueblos tan incultos y maleducados como nosotros se respetan a sí mismos. Quizá esa Historia que casi nadie enseña en los colegios pueda explicarlo: ocho siglos de moros y cristianos, el peso de la Inquisición con sus delaciones y envidias, la infame calidad moral de reyes y gobernantes. Pero no estoy seguro. Esa saña que lo mismo se manifiesta en una discusión política que entre cuñados y hermanos en una cena de Navidad es tan española, tan nuestra, que me pregunto quién nos metió en la sangre su cochina simiente. Desde ese punto de vista, el español es por naturaleza un perfecto hijo de puta. Por eso necesitamos tanto lo que no tenemos: gobernantes lúcidos, sabios sin complejos que hablen a los españoles mirándonos a los ojos, sin mentir sobre nuestra naturaleza y asumiendo el coste político que eso significa. Dispuestos a decir: «Preparemos al niño español para que se defienda de sí mismo. Eduquémoslo para que conviva con el hijo de puta que siglos de reyes, obispos, mediocridad, envidia, corrupción, violencia, injusticia, le metieron dentro».   

Arturo Pérez-Reverte 

Patente de Corso

miércoles, 23 de septiembre de 2015

ENCUESTAS PRECOCINADAS



Además de que me ha decepcionado mucho a lo que ha quedado reducida la supuesta "interactividad" que nos prometieron cuando llegara la televisión y la radio digital es que todos sabemos que son mentira.

Ya es triste que con todas las posibilidades de participación directa que brinda la "digitalización" mediante la conexión a Internet la única forma en que esta se ha materializado son las encuestas online en directo durante los programas. Denota una inconmensurable falta de originalidad por parte de los productores televisivos. Lo cual no es ninguna sorpresa a la luz de los guiones de las series y el mercadeo de programas entre cadenas y países. Otras decepcionantes formas de participación directa de los tele espectadores son las fotos que se mandan a los espacios meteorológicos o las preguntas que se remiten a los programas vía twiter. Penoso por mínimo en cuanto a explotación de posibilidades. 

Pero hoy me centro en esos porcentajes que se desplazan por la parte inferior de la pantalla hacia la izquierda en todos los programas televisivos. Se ha convertido en costumbre, vaya de lo que vaya el programa, abrirlo haciendo una pregunta al público sobre el tema del día (o no) ofreciendo la opción de dos posturas a las que adherirse a lo largo de la duración del programa. Los espectadores pueden llamar por teléfono para posicionarse (por teléfono a estas alturas) marcando uno u otro número según sea una u otra su opinión. De esa manera se suman las llamadas y se calculan los porcentajes de apoyo a una u otra alternativa. En los casos más avanzados se hace mediante encuesta en facebook o alguna aplicación en la web de la cadena. No me he fijado pero además casi seguro se tratará de llamadas de cobro. Eso sin contar lo engañoso que es hablar en porcentajes claro. Siempre queda mejor decir el 70% de las llamadas que "siete llamadas de las 10 que hemos recibido". Parece que llama más gente. Patético.

Muchas son las causas para la crítica antibandista en esta práctica.

La primera de ellas la propia formulación e incluso la redacción de la pregunta. Claramente tendenciosas en la mayor parte de las ocasiones. Con ellas la cadena solo quiere lograr demostrar su propia tésis y contribuir al reforzamiento del cororativismo confortante de los "espectadores de una sola cadena" (parafraseando al clásico que para referirse a los fanáticos religiosos los llamó "lectores de un solo libro"). 

Ahí están las Intereconomías de uno y otro signo haciendo preguntas del tenor de ¿Está usted de acuerdo con que se mancillen los derechos de los que no quieren ser tratados como...etc? para poder presentar a sus audiencias luego aplastantes guarismos cuando dicen: el público es sabio, el 89% se posiciona en contra de ... (Me pregunto quien compone el otro 11%. Imagino que trolls varios. Claro que también me pregunto quien saca tiempo para llamar para esas chorradas).

Otro motivo para la crítica es que la práctica está demostrado que estas encuestas no sirven para lo que deberían. En mi opinión deberían ser la demostración del sentido crítico de los individuos. Mostrar lo que de verdad piensa la gente tras una reflexión documentada sobre cada tema (para lo que está el programa correspondiente), ayudar a formar opinión propia. Sin embargo en realidad sirven más para reforzar la pertenencia a un grupo concreto, detectar al disidente y hacerle sentir incómodo hasta entre las cifras de las minorías, fidelizar a la cadena por sentirse a gusto entre los que piensan como tú, etc.

Y la mejor prueba de lo que digo es lo previsible de los resultados. Cualquier analista aficionado acierta antes de arrojar el resultado estadístico al final del programa solo con ver el sesgo de esta y la propia pregunta. Casi se pueden hacer apuestas sobre el grado de exactitud del acierto. Y lo que es peor aun; Esa exactitud responde en la mayor parte de los casos a que la gente se posiciona en este tipo de encuestas por lo que dicen los míos (argumentarios machacados hasta el aprendizaje memorístico y la repetición acrítica) o lo que se espera que digan dada "nuestra" trayectoria anterior sobre este u otros temas parecidos. NUNCA se posiciona (la mayoría en términos estadísticos, siempre hay excepciones) por opinión personalmente creada y desconectada del resto del cuerpo doctrinal de su facción o bando. La gente no llena esas estadísticas con su opinión sino con lo que le han dicho que piense o lo que pensamos los mios (que son dos formas de decir lo mismo). 

Si en un programa se pregunta ¿Cree usted que el Papa ha hecho los suficiente sobre tal tema? o ¿si ha actuado el gobierno adecuadamente en tal otro? sería posible hacer la pregunta así, tal como yo la acabo de redactar, porque  a los católicos les daría igual el tema de que se tratara y muchos de ellos dirían que sí fuera cual fuera (igual que los anticlericales dirían que no) y los votantes del PP responderían afirmativamente sin saber de qué se estaba hablando igual que los de los otros partidos dirían que no. 

Es más, estoy seguro de que la mayor parte de los que llaman a este tipo de cosas son siempre los mismos y opinan siempre en a misma dirección esperable. E incluso sospecho que hay personas que se creen en el deber, que se sienten en la obligación de llamar para dar fuerza a su postura (no la suya, la de "los suyos") para que el porcentaje de apoyo a su tesis "gane" ese particular concurso. Auténticos legionarios de las encuestas televisivas.

Eso si son verdad y en realidad llama alguien. Que me cabe seriamente la duda de que no sea simplemente una excusa para dar datos y rellenar, y que detrás no haya llamada alguna ni respuesta por parte de los telespectadores.

Triste.

Y ya.



jueves, 13 de agosto de 2015

LOS "TODOONADISTAS"

¡NO NOS QUERÉIS!

Ciertamente, ya ha empezado la campaña electoral para las elecciones del 27 de septiembre y, como era previsible, como en realidad ya se pensó al hacer la convocatoria, el único tema de debate es el encaje o la desconexión. Si Cataluña puede continuar siendo una parte de España o si desea abandonarla. Como era previsible, también, ya han empezado las descalificaciones personales y las acusaciones de traición.Un buen amigo de Madrid, bohemio, heterodoxo y libertino, a pesar de las virtudes que le adornan, ya nos ha anunciado a cuantos no compartimos la visión más rancia de España que nos espera un fusilamiento al amanecer. Joan Rigol, a quien respeto, ha excomulgado oficialmente a todos sus viejos compañeros de Unió Democrática: buscar una tercera vía es debilitar la voz de Cataluña. Raül Romeva ha recibido palos de sus camaradas, de los mismos que le votaron con entusiasmo para llevarle al Parlamento Europeo. Un querido discípulo escribe sin matices sobre “la mayoría social del sí-sí” y abandona sin cautela alguna, a pesar de su deseo de que tras las elecciones reine un diálogo “transversal”, el rigor que le caracteriza en otras actividades. En Madrid, el ambiente anticatalán es irrespirable. Lo lamento mucho. Lo lamento porque yo también soy madrileño. Por razones muy íntimas y por motivos más filosóficos. Soy madrileño como Hemingway, y de Barcelona, Cartagena, Lérida, Alicante y demás ciudades que sufrieron durante la guerra los bombardeos criminales de la aviación germano-italiana sobre la población civil. En Barcelona, pero sobre todo en Vic y en otros lugares perdurablemente carlistas, el ambiente antimadrileño es también irrespirable. Lo lamento, también, mucho, porque Barcelona no se merece la condena de encerrarse en sí misma que algunos reservan para ella.
Continuaré a pesar de todo con mis esfuerzos para promover el diálogo y aceptaré, si recibo la propuesta, una cátedra honorífica y no retribuida en una institución de Madrid. De la misma forma que ya presido una entidad española, escogido por mis consocios del conjunto de España. Y continuaré llamando España a España, sin utilizar el grosero sustituto de “Estado español”, el eufemismo nacional sindicalista de triste recuerdo. Igual de triste que el término “Estado catalán”, asociado a los pelotones uniformados de Dencàs y de Badía. El fascismo del conjunto de España y el fascismo específicamente catalán fueron partidarios de la palabra “Estado” para la denominación de un territorio. Mala señal.
El diálogo entre Castilla y Cataluña es uno de los ejes vertebradores de España y la vía de ofrecer un ejemplo de diálogos bilaterales y multilaterales susceptible de dar fuerza y vigor a la España cervantina y liberal, consciente de su pluralidad.
Pero esto es harina de otro costal Hoy lo que me preocupa es el agotamiento del diálogo interno catalán. Cada vez nos comunicamos menos y cada vez nos tiramos más trastos a la cabeza. Lo más relevante es que ya casi no nos escuchamos, con contadas excepciones procedentes, sobre todo de itinerarios personales ligados al pensamiento. El adversario es el conciudadano que no piensa como tú. Tú, que has llegado a la creencia definitiva de tu vida, aunque este feliz alumbramiento fuera sólo hace dos días. A pesar de los años en que hayan o hayamos sido compañeros de viaje. Ahora ya no: o la adhesión o las tinieblas exteriores y, con ellas, el llanto y el crujir de dientes. Vamos así haciendo más largas las listas de traidores. Me has escrito “deja de nadar entre dos aguas”. Momentos de simplificación y de frases hechas. Quiero un país en el que cada día haya helado de postre… No toleraré que los catalanes modifiquen el régimen de hacienda autonómico… Habla sólo en esta lengua… Habla sólo en esta otra…
A los librepensadores, enemigos del todo o nada; a los federalistas, hijos de Pi i Margall y de su idea de pacto; a quienes no tenemos problemas de identidad y a quienes pensamos que el mundo necesita de todas nuestras fuerzas para frenar a los enemigos de la paz y del progreso, nos molesta que quieran excluirnos del escenario. No nos quieren los de la España calderoniana y aburrida porque ponemos en solfa su modelo de país uniforme. No nos quieren los de la Cataluña vicense y montserratina porque gozamos de un sentido del humor que ellos no han tenido nunca. Unos y otros suspiran porque nos callemos, pero no lo haremos. Entrelazaremos nuestras manos con todos los “terceristas” y llevaremos al Parlamento a electos no dogmáticos, inteligentes, divertidos y negociadores. Gente de diálogo. Capaz de leer a Pla y a Vázquez Montalbán, a Espriu y a Maragall, a Vicens Vives y a Madariaga.
Los “todoonadistas”, si me disculpáis la expresión, no nos queréis, os estorbamos en vuestra guerra particular de exclusiones mutuas. Cada día nos declaráis fallecidos a los terceristas. Y no es verdad. Y tenemos una ventaja sobre vosotros: hablamos siempre en positivo, porque nuestra aspiración es fraternalmente republicana.

Joan Francesc Pont

jueves, 6 de agosto de 2015

USA Y SU SOFT-BANDISMO


La concepción del mundo de los norteamericanos siempre me ha fascinado. Particularmente su visión política. No soy un gran conocedor, adelanto. Y me guío por meras impresiones. No pretendo otra cosa ni mayor alcance. 

Tengo la percepción de que como sociedad se trate de una comunidad con facilidad para ser influida por el bandismo. Un grupo humano, que aunque sumamente variopinto, parece, a tenor de lo que ha demostrado en su historia, fácilmente manipulable por sus clases dirigentes.

Su visión de las relaciones internacionales es claramente bandista y su lema bien podría ser "O conmigo o contra mi". Eso parece indicar por ejemplo la facilidad para poner nombres gráficos a sus enemigos ("El eje del mal", "Los Rojos", etc.) o de personificar históricamente los odios de toda una nación en personas concretas (Fidel Castro, Ho-Chi-Minh, Bin Laden, Gadaffi, Sadam Hussein..). Técnicas ambas de manual de primero de bandismo.

Sin embargo internamente me parecen un país sumamente maduro con tics antibandistas muy envidiables. Por ejemplo me asombra la gestión educativa, social, política e histórica de su guerra civil y me maravilla su sentimiento patriótico por encima de opiniones y adhesiones políticas u orígenes geográficos.

El mas atractivo de los aspectos de su soft-bandismo es para mi su sistema parlamentario, constituido como el europeo por un bipartidismo de dos grandes fuerzas ideológicas en las que se alinean los votantes, pero con varias inmensas diferencias.

En primer lugar el sistema político americano es eminentemente individualista y no tan marcadamente polarizado en dos grupos enfrentados como por ejemplo lo era hasta hace poco en España. Es decir, en Estados Unidos los políticos son individuos en los que los votantes confían a título personal antes que por el hecho de pertenecer a uno u otro partido. No se vota tanto, según tengo entendido, a demócratas o republicanos como al sujeto concreto, quien está alineado en uno u otro partido lógicamente pero lo está por motivos de presentación ante el votante de manera gráfica, organización, busca de apoyos en los lobbies, y , por supuesto, por ideología

En segundo lugar porque está mucho más asentada que en Europa la idea de libertad individual. Un político electo pongamos por ejemplo republicano puede apoyar una iniciativa demócrata y a nadie extraña. Un norteamericano medio puede sin pestañear votar para gobernador de su estado a un político demócrata y para presidente de su país a uno republicano o al revés. Es normal. Y muy maduro desde mi punto de vista. 

En tercer lugar porque los norteamericanos tiene claro que la lealtad se la deben los políticos a sus electores, a su circunscripción, antes que a su partido (que es algo meramente instrumental) y por tanto a veces se dan votaciones críticas (que en España serían tachadas de desleales) contra propuestas hechas por un gobierno de tu mismo color político si crees que van contra los intereses de tus ciudadanos, tu estado, tu circunscripción, etc. No es difícil ver desacuerdos entre personas del mismo partido. La disciplina no opera como aquí entre sus filas (o no tan descaradamente). Allí parece impensable, por ejemplo, una figura asumida y aceptada en España como es la sanción por saltarse la disciplina de partido. Allí no hay que crear figuras artificiosas como la objeción de conciencia para tener que justificar un pensamiento diferente en lo interno. Además no están tan marcadas las lealtades partidarias y los votantes cambian de simpatías con frecuencia más por la persona que por el partido. Allí no se cuenta con el voto de uno de los tuyos porque si. Hay que asegurarselo para sacar una iniciativa política adelante. Hay que negociarlo.


En cuarto lugar me gusta su sistema de primarias (o lo que nos llega hasta aquí de él). Un sistema en el que se sacan los ojos durante la campaña (se sonríen mientras sus fontaneros trabajan para sacar los trapos sucios del otro) y, al día siguiente, muestran lealtad inquebrantable al ganador. Deportivamente.

Maduros para algunas cosas estos gringos.

Y ya

lunes, 3 de agosto de 2015

NO ES VERDAD

No es verdad. El mundo no se divide en vuestros asquerosos bandos. No somos los enemigos mutuos que nos queréis hacer creer. No estamos destinado a enfrentarnos sino a colaborar. O al menos a convivir. No somos unos contra otros.

Habéis fallado. Vuestra sucia visión del mundo no ha ganado. No nos habéis engañado.


Sabemos que somos libres. Pensamos. Podemos ser críticos si queremos. No tenemos porque ser de los vuestros o si no ser considerados oponentes. Podemos ser nosotros -Incluso vosotros podéis ser vosotros- sin necesidad de definirnos por oposición a nadie ni cifrando la amistad o las relaciones humanas en la adhesión ciega a la que llamáis lealtad.


Ni siquiera vosotros, que no entendéis la existencia sin alguien enfrente, sin dividirla en bandos opuestos, sois nuestros enemigos. Solo somos personas que vemos de diferente manera la realidad. o nos gustaría verla. Y nos resistimos a vuestros manejos y manipulaciones. 


Habéis perdido. Hemos ganado.

ALEGATO ANTIBANDISTA

NO NOS SEÑALEIS


No nos dividáis entre buenos y malos, demócratas y antidemócratas, patriotas y traidores... Vuestras líneas rojas las pisamos a diario 


"Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar."
Martin Niemöller
Solo porque no comulguemos ciegamente con vuestro credo, no nos señaléis. Tolerad que alberguemos dudas así como nosotros respetamos vuestras férreas convicciones. Ejerced vuestro derecho a expresar a voz en grito lo que sois sin despreciar el nuestro a preguntarnos en silencio qué somos. En lugar de imponernos vuestra fe, o de empujarnos a los brazos de la opuesta, compadeceos de quienes jamás tuvimos fe alguna. O la perdimos de tanto cuestionárnosla.
No nos etiquetéis solo porque nos traiga sin cuidado qué nacionalidad nos adjudica el documento de identidad. Ni porque cuando suena un himno nacional, cualquiera que este sea, la mano no se nos dispare automáticamente hacia el pecho en alarde de amor patrio. Ni porque el flamear de las enseñas, que a vosotros tanto os conmueve, a nosotros nos deje indiferentes.
No marquéis con la cruz del sufijo '-istas' (independentistas,soberanistasunionistasunitaristasautonomistas,federalistasconfederalistas…) a quienes nos negaríamos a pertenecer a cualquier club que nos aceptase como socios. Preferimos que nos prohibáis el acceso a que luego nos tengáis que expulsar por desafectos.
No nos dividáis entre buenos y malos, entre demócratas y antidemócratas, entre patriotas y traidores, porque las líneas rojas que vosotros os empeñáis en trazar nosotros las pisamos a diario. Y seguiremos haciéndolo. Si organizarais un partido de solteros contra casados, elegiríamos quedarnos en el banquillo.
No nos odiéis. Ahorradnos el rencor de vuestra mirada cuando intentamos comprobar si es oro todo el material que hacéis relucir. Cuando, antes de decidir si embarcamos o no en vuestra nave, nos interesamos por los verdaderos propósitos y habilidades de la tripulación, y también por los riesgos y desventuras que pudiera acarrear tan ambiciosa odisea. Cuando atisbamos negras nubes de tormenta en ese horizonte que vosotros pintáis tan despejado. Cuando, heréticos, osamos poner en tela de juicio que vuestra Tierra Prometida sea realmente el vergel de abundancia y prosperidad con el que soñáis.
No nos asimiléis. Vosotros, cartógrafos de naufragios venideros, tampoco pretendáis enrolarnos a la fuerza en vuestra inconsciente cruzada. No nos convenceréis de que el mejor mundo posible es el que ya nos habéis procurado, pues vuestra es también la culpa de que hoy proliferen trincheras y banderías. Quienes por intereses espurios dinamitasteis los frágiles puentes de la concordia habéis perdido cualquier autoridad moral para enarbolar la bandera de la convivencia. Y mucho os costará recuperarla.

Ni cínicos, ni sediciosos

No nos cataloguéis como cínicos solo porque no acabemos de creernos que los mismos que derrocharon nuestra confianza gobernando un territorio autónomo la restaurarían de regentar un estado independienteNi nos tachéis de sediciosos por defender que los problemas políticos solo se resuelven mediante la política, que las disputas democráticas solo pueden zanjarse a través de votaciones inequívocamente democráticas, legalmente acordadas, con reglas del juego claras y vinculantes para ambas partes en litigio.
En tanto tal cosa no suceda, todos, unos y otros, podéis contaros y recontaros, si así os place, pero con nosotros no contéis; que vuestras cuentas no corran por nuestra cuenta. No queremos ser un número más en vuestra estadística binaria y disolvente.
No nos apuntéis mientras vagamos en tierra de nadie, perdidos en este campo de batalla que tan laboriosamente habéis minado. Eso sí, cuando el fragor de añagazas y amenazas haya cesado, cuando la munición electoralista se agote y llegue la hora de reconstruir cuanto habéis destruido, entonces sí podréis contar con nosotros. Ahí estaremos, sin señalar a nadie.
ENRIC HERNÀNDEZ
Director
Revista LaOpinion
Jueves 30 de Julio de 2015

viernes, 24 de julio de 2015

LO IMPORTANTE ES QUE SEAN DE LOS NUESTROS



Por trabajo leo a diario varios boletines oficiales (Ya, ya. Ya se que es un mal comienzo para enganchar al lector). Estos días post electorales ocupan sus páginas los nombramientos y ceses, los relevos, las designaciones, las tomas de posesión, etc. (las colocaciones de amigos, las puertas giratorias, los aparcamientos de viejas glorias como premio, los cumplimientos del "que hay de lo mio", la devolución de favores prestados en el pasado, el reclamo a los pelotas, la sujeción de los atemorizados por perder el sueldo esté ligado al sillón que esté ligado..)

Salvo en casos excepcionales (Leasé la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León por ejemplo) se demuestra que no han aprendido nada. Siguen haciendo lo mismo.

En lugar de nombrar a los mejores para los puestos de dirección política, a los más preparados y cualificados, a los mayores conocedores de la realidad concreta del campo o ámbito específico, se nombra a un leal. Eso, y no otra cosa es lo único importante. Que sea de los nuestros. Que en el futuro nos deba algo. Que no se salga de la foto. Que sea obediente. 

Y si no ¿Qué explicación tiene que se cambie a alguien de ámbito independientemente de su conocimiento de ese medio? ¿Que se cese a alguien que ocupaba una responsabilidad en un campo para nombrarle cargo directivo en otro que no tiene nada que ver y del que no sabe nada (tampoco)? ¿Qué otro talento le adorna aparte de la lealtad a unas siglas políticas? Igual es un todoterreno  de la dirección, un líder en sea cual sea el tema, pero no lo creo. 
..Una consejería por un Ayuntamiento, la subdelegacion de gobierno por una Dirección General, un puesto en el Senado..

O cualquier otro ejemplo. Verbi gratia; Con 25 años de edad hoy ha sido nombrado nada menos que Director General en la Junta de Castilla y León alguien al que me temo que todo lo que adorne sea la lealtad al partido. Una lealtad demostrada durante un tiempo al frente de las Nuevas Generaciones del Partido Popular. Un obediente. Un sumiso. En suma: Uno de los nuestros.

miércoles, 22 de julio de 2015

POLÍTICA FICCIÓN. O NO.

Escenario: Campaña pre-electoral. Elecciones autonómicas 2015 en Cataluña.
Aunque nos pese a los no nacionalistas lo cierto es que estamos ante un momento histórico. Cataluña ha estado a punto de convertirse en estado independiente del resto de España en pocas ocasiones. Esta es una de las que más cerca está de los últimos 200 años. He de reconocer que los independentistas catalanes han actuado inteligentemente. No desde la violencia como ha sido marca de la casa en otros nacionalismos, sino desde dentro del sistema. Con mayorías. Lentamente. De manera constante. Sin cambiar el paso. Y que su número y la fuerza de su sentimiento, siempre lo he dicho, al menos merecen que el tema se trate con seriedad y sin maniqueismos por parte de nadie. Sin paternalismos centralistas, actitudes constantes a la defensiva ni victimismos periféricos. Los trucos políticos a largo plazo como la educación pro-soberanista de varias generaciones o la apelación constante a la represión franquista me hartan e indignan, pero el hecho es que hay muchos miles de catalanes que no se sienten españoles. Tan merecedores de respeto como los que si. O como a los que les importa un carajo el tema. Y lo digo como recuerdo para los nacionalistas que parecen haber olvidado (cuando no afeado la conducta como quintacolumnistas o traidores) que hay catalanes no nacionalistas.

La última vuelta de tuerca ha sido la creación de un frente único de partidos, plataformas cívicas y organizaciones que, con los más diversos orígenes, se ven aglutinados por su sentimiento independentista. Es algo que siempre me ha maravillado de muchos catalanes; El hecho de sentirse catalanes por encima de ecologistas, de izquierdas, burgueses, antitaurinos, conservadores, etc. Y que ello les permita unirse para defenderlo. No admiro la idea que les une (me repelen los nacionalismos), pero admiro su unidad.

..Y en una de esas curiosas paradojas que tiene la vida política hay voces que piden (y tengo que estar de acuerdo porque lo estoy y además porque es mi partido el que lo propone) que las fuerzas políticas no nacionalistas-catalanas de todo signo se unan en otro frente, que dé un paso al frente para hacer frente, valga la redundancia (*) al creado por ellos para las elecciones.

Y digo que es paradógico porque leo que el argumento que se usa para fomentar esta iniciativa es "evitar el guerracivilismo" e "impedir la vuelta a la existencia de dos bandos".
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Así que sí, amiguitos. Puede que estemos realmente ante la independencia de Cataluña del resto del estado español. ..Y si finalmente se materializara, independientemente (nunca mejor dicho) de que el escenario no me guste habrá que imaginarlo para estar preparados por si acaso. Así que ya que nos ponemos.. me ha dado por pensar que la actitud del gobierno no está siendo especialmente beligerante con el tema. Y ello me extraña dados los antecedentes y dada la curiosa verborrea que el tema genera en muchos de los cargos de su partido desde siempre. Y me da por preguntarme por la causa de este cierto silencio. 

Si pienso con buena intención llego a la conclusión de que es para no echar leña al fuego y evitar las polarizaciones que lleven a los nacionalistas catalanes a ir en masa a apoyar la iniciativa en las urnas.

Si pienso sin intención alguna caigo en la desesperanza de la resignación.

Si pienso con mala intención hago cálculo de los plazos electorales y llego a la conclusión de que la "amenaza" de secesión puede ser un argumento electoral magnífico para que en las generales los antiguos votantes del PP vuelvan al redil como única esperanza de que se pare al monstruo soberanista. Y claro, hay ya pocos clavos ardiendo a los que agarrarse.
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..Y otros temas que este hilo me sugieren y podrían dar para su propio post son..
- Y ¿qué pasa con mi hermano, su mujer y su hija preadolescente? que llevan viviendo allí desde antes de que ella naciera ¿Como queda su situación? ¿Serán extranjeros en un lugar que ha sido España desde hace siglos?
- Y ¿habría que aplicar las competencias que da la constitución al gobierno para anular aun temporalmente una Comunidad Autónoma? ¿Y eso cómo se hace sin armar la marimorena?
- Y ¿que les pasa a los nacionalistas catalanes de derechas? ¿No tienen dignidad o les puede el interés o les ciega el sentimiento nacionalista? O es que lo de la familia Pujol no tiene trasfondo político aparte de lo meramente económico.
y que se supone que pasaria con los bienes del estado como propiedades, edificios y terrenos (cuarteles, oficinas de ministerios, etc.)? Los compraria el supuesto nuevo estado catalan al espanyol? los nacionalizaria? los expropiaria?

Y ya.


(*) Aquí sí está bien usada la expresión pues quiero subrayar la palabra "frente" a drede al haber sido usada por ambas partes, tener un sentido "bélico" y ser el blog sobre el tema que es.

lunes, 20 de julio de 2015

TEORÍA DEL RELATIVISMO SELECTIVO DE LEVI-STRAUSS

Falacia número 7:  A es verdad si me viene bien a mi y falso si me perjudica

TEORÍA DEL RELATIVISMO SELECTIVO
DE LEVI-STRAUSS

(o SINTOMATOLOGIA DE LA AMNESIA DE LOS ABSOLUTOS)

Estos son mis principios. Si no le gustan tengo otros.
Groucho Marx

Enunciado: Si sostienes A es porque es la opción que te beneficia.
(El bandista no concibe que se pueda defender una postura que perjudique a quien la mantiene)

Ejemplo:
“ - Angel ha dicho A.
-   Será que gana algo con ello.”

“ Rodolfo señaló que en el año 2015 el servicio de correos ya debería ser de carácter privado. Al oírlo Ana pensó –seguro que tiene una empresa de mensajería-”

“- Aquí sobran funcionarios. Hay que adelgazar las administraciones.
  - Si hombre, ahora que estoy yo preparando oposiciones”

El autor y su teoría:

A finales del siglo XIX el hermano gemelo del famoso fabricante de ropa vaquera le pidió un día de asuntos propios para bajar a la ciudad a hacer unas gestiones. Harto como estaba de remachar telas para su pariente se centró durante toda esa jornada en elaborar el principio que nos ocupa. El pequeño de los Levi-Strauss se había fijado en que la vida en el salvaje oeste era una jungla y que todo el mundo actuaba por el interés personal y el egoísmo individualista más despiadado. A esa misma conclusión habían llegado ya antes otros filósofos y pensadores que dándole un baño de teoría socioeconómica convirtieron este simple postulado en la base del estilo de vida norteamericano. Lo llamaron CAPITALISMO. Pero volvamos a nuestro protagonista, quien, desengañado de que una prostituta llamada “Langtry Legs” quisiera cobrarle por sus servicios, redactó el “Manuscrito interesado”, en la servilleta que ya se ha hecho famosa y cuyo original se custodia y expone al público en la habitación del Burdel “Rose of nose” donde fue escrita y que aun hoy puede visitarse. Allí estaban recogidas ya las principales líneas de su teoría.

También denominada posteriormente por la doctrina “Tesis del Sometimiento interesado de la verdad al provecho” (Renuncia de la verdad por el beneficio), o más brevemente “Teoría del interés”[1], Levi-Strauss sostiene en su ella que la verdad no existe. Nada es absoluto para él, todo es relativo a como te afecte y depende de la esperanza de ganancia que tengas en el tema. Los principios son moldeables o mejor no existen entendiéndolos como irrenunciables. Si alguien opina es porque puede conseguir algo con ello. Nadie puede sostener en alto algo que le pueda perjudicar. Si fuera así se lo callaría. Si se sostiene una idea es porque en caso de predominar resultará beneficiado. No cabe otra forma de entenderlo. Aunque la conexión sea imposible de establecer algo raro habrá. Seguro. El “Luis” de turno parte de esta premisa y cree que todos los demás también lo hacemos. A través de sus ojos no se ven ideas sino intereses. Desde ese punto de vista se entiende que valores como la búsqueda de la verdad o la justicia carezcan de sentido. Solo importa la obtención del beneficio. El egoísmo es la regla. No existen el altruismo ni la honradez. Se excluye la posibilidad de la honorabilidad. No hay opiniones desinteresadas y objetivas.
Esta concepción del mundo parte de la desconfianza hacia el ser humano, que por naturaleza es egoísta (Cree el ladrón..). Al “interesado” (usuario de esta falacia) le resulta IMPOSIBLE concebir que alguien pueda actuar contra sus propios intereses conscientemente (solo le cabe entenderlo como error o por estupidez). Quienes sufren este síndrome a lo sumo que pueden llegar es a tergiversar en lugar de profundizar y siempre actúan en función de los intereses, nunca de la verdad.




[1] Coloquialmente conocida por el adagio latino “Por el interés te quiero Andrés”.

miércoles, 1 de julio de 2015

PROFESIONALES DEL BANDISMO

El mismísimo Perfectus Detritus, sembrador de Cizaña, en persona pero traido al siglo XXI y con medios actuales.



Al loro con el tipo. Pincha aquí 





domingo, 14 de junio de 2015

EN NUESTRAS TRECE

"Sorprendí el otro día en la televisión a unos periodistas deportivos enzarzados en el debate de si Cristiano Ronaldo es mejor o peor que Messi. No es la primera vez que escucho una discusión tan grotesca; así que imagino que constituye una atracción televisiva habitual. Y digo grotesca porque, para cualquier persona que no esté completamente ofuscada por predilecciones partidistas, resulta evidente (basta ver jugar a cada uno un par de partidos) que Messi es un jugador infinitamente más dotado que Cristiano Ronaldo, infinitamente más perspicaz, habilidoso y desarmante del adversario. Con esto no quiero decir que Cristiano Ronaldo sea malo, sino todo lo contrario (aunque, desde luego, a chupón no lo gana nadie); pero Messi es superlativo y portentoso. El gol que Messi le cascó a mi amado Athletic de Bilbao en la última final de la Copa del Rey, por ejemplo, sería imposible que lo cascase Ronaldo; y esta imposibilidad es constitutiva, ontológica y, por lo tanto, irremediable.
Pero yo no quería hablar aquí de Messi y Cristiano Ronaldo, sino de ese españolísimo rasgo de carácter que consiste en «sostenella y no enmendalla», aferrándonos a las convicciones propias, aunque carezcan de fundamento, y permaneciendo siempre en nuestras trece, aunque la realidad nos lleve la contraria. Este obcecamiento, que en otras latitudes se considera síntoma de desvarío, en España es considerado conducta meritoria y hasta virtuosa; y como alimenta las esperanzas de otros obcecados que sostienen el mismo delirio, el delirante acaba convirtiéndose incluso en líder de masas, o siquiera en influyente prócer. Así, por adición de obcecados, se construyen facciones irredentas a las que luego el sistema pone a dialogar demagógicamente, para fingir que a través del diálogo se logra el entendimiento. Pero el resultado de tales diálogos es tan estéril y disparatado como el de esas tertulietas deportivas donde se debate si Cristiano Ronaldo es mejor que Messi.
En realidad, el recurso del diálogo, tan socorrido entre los demagogos (diálogo entre creyentes y ateos, entre marxistas y liberales, entre blancos y negros, etcétera), se cuenta entre los más inútiles, cuando no existe voluntad de allanarse ante la realidad. En un mero trueque de palabras no puede existir posibilidad de entendimiento si previamente los 'dialogantes' no han hecho firme propósito de renunciar a los sentimientos y hacer uso de la razón, meditando las enseñanzas que la realidad nos ofrece. Cuando esto no ocurre (que es la mayoría de las veces), el diálogo se torna contraproducente y aturdidor, como se prueba en las tertulietas televisivas, donde tirios y troyanos sueltan su morralla sin que nadie convenza a nadie, sino más bien al contrario; y con unos efectos demoledores sobre las masas que consumen tal bazofia, que poco a poco se convierten en ejércitos de obcecados, jenízaros de tal o cual proveedor de morralla.
Siendo del todo sinceros, ni siquiera en su expresión filosófica el diálogo ha rendido grandes servicios al entendimiento. Esto se puede apreciar leyendo a Platón, cuyos diálogos no desembocan en una tesis, sino que más bien suscitan en el lector una sucesión de dudas irresolubles, a las que puede dar respuesta acogiéndose a las opiniones que vierten los diversos participantes en tan nobles coloquios. Pues, si en los diálogos platónicos no se alcanza el grado suficiente de entendimiento que conduce a la formulación de una tesis, ¿qué diremos de los diálogos entre españoles, discutidores y litigantes por naturaleza, que a lo largo de los siglos han gastado ingentes cantidades de saliva e ingenio sin llegar nunca a entenderse, sino por el contrario logrando que sus posiciones se enconen cada vez más? Los dos últimos siglos, desde las Cortes de Cádiz hasta nuestros días, que han sido los más dialogantes, han sido también los de más honda división entre españoles: con frecuencia solventada a tiros; y, en esta fase pacifista de la Historia, mediante una demogresca azuzada por la partitocracia que poco a poco convierte nuestra patria en un pandemónium grotesco.
Dialogar, debatir, discutir, de nada sirve cuando no se comparten premisas y no existe voluntad de entendimiento. Y sólo puede haber entendimiento cuando se acepta que existen realidades objetivas que no pueden estar siendo sometidas constantemente a controversia. Salvo que el fin del diálogo no sea el entendimiento, sino la mera locuacidad; pero no debemos olvidar que todas nuestras guerras civiles han salido de los debates y tertulias que mantenían nuestros obcecados e influyentes próceres."
José Manuel de Prada
El Semanal - Junio de 2015 (Sección animales de compañía)

jueves, 4 de junio de 2015

LA PAUTA DE NEWBERRY

Falacia número 10:                         Generalización: A para el caso X, luego A para todo lo que se parezca a X.
PAUTA DE NEWBERRY
(o  GENERALIZACIÓN ABSOLUTA)

“- El otro día fue el juicio contra el tío que me atracó por la calle y tuve que testificar. Estaba aquí sin papeles y le van a devolver a su país. Me parece bien.
-   Ya veo. Estas a favor de la expulsión de los inmigrantes.”

Enunciado: Dada la opinión A para el caso X, A será aplicable por extrapolación en cualquier caso que se le parezca.

- El bandista, con intención de demostrar tu incoherencia, manipulará el argumento que expresaste en una ocasión aplicándolo a una situación completamente distinta de aquella o generalizándolo para todos los casos que en su opinión se la asemejen.-

Ejemplo:
“ ..Pero ¿vas a aceptar ese ascenso? No, si yo lo digo porque te he oído decir más de una vez que en esta empresa hacía falta ser un imbécil y un pelota para que te ascendieran…”

El autor y su teoría:

El 12 de enero de 1987 marca el inicio de la carrera de Adam Mortimer Priest (de quien nunca se supo por qué le llamaban “Newberry”) como “cazador de incoherencias”. Tras ser el afortunado ganador de un premio de 125.000 dólares de la lotería del estado de Kansas su mente hizo finalmente “chack” y perdió la razón. Gracias a la fortuna recién adquirida pudo abandonar a su mujer y a sus hijos en la granja de mofetas que regentaba y dedicarse a cumplir su sueño. Se diseñó su propio uniforme de superhéroe, una mezcla entre su pijama favorito y sus mallas de running regalo publicitario de la marca Budweiser. Montado a bordo de su Lincoln granate del 82 recorrió el país a la caza y captura de incongruencias personales. Había reunido durante toda su vida un total de 12 voluminosos álbumes de recortes. Contenían declaraciones inconexas sin mas vínculo entre ellas que el de haber sido hechas por alguien y publicadas en algún periódico. No trataban sobre ningún tema en particular, ni eran de nadie concreto. Solo frases convertidas en titulares. “Nadie escucha al agricultor americano medio”, “los horarios comerciales deberían flexibilizarse”, “empecé a coleccionar bolsas de basura en los 70”. Su locura tenía método, dijeron años después los médicos que le trataron en su internamiento. Tras una pequeña investigación de cada persona (que a veces le costó una demanda por acoso dado que nunca fue muy hábil para esconderse en sus vigilancias y que las hacía disfrazado con su “uniforme”) se dirigía (así vestido) a las puertas de toda América y enarbolando ante su emisor el titular correspondiente en cada caso le echaba en cara su incoherencia personal.

-          ¿Es usted el James Lowat que el 8 de Julio de 1985 hizo ante un periodista del “Independence Chronicle” la siguiente afirmación: “las fresas de Wisconsin son las mejores del mundo”? Porque si es así le sugiero que replantee sus prioridades, amigo. No se puede presumir de consumir productos americanos y luego comprarse un coche coreano como el que le he visto aparcado a la entrada… ¡Ja![1]

Durante los seis años que duró su encierro en la institución mental “Brokenbrains” Newberry se dedicó a volcar sobre 876 rollos de papel higiénico su ingeniosa teoría. En ella defiende su ya famosa “pauta” según la que considera justificado convertir en reglas generales, aplicables a todo caso, las afirmaciones pensadas y proyectadas sobre situaciones concretas. Se trata del criterio de “aplicación rigurosa” o de “coherencia continua”. Según ello una afirmación tuya aplicada a un caso específico y particular siempre se podrá entender como regla universal que se puede proyectar sobre cualquier caso (aunque la analogía esté pillada por los pelos). Toda opinión expresada se convierte automáticamente en regla general universalmente aplicable a todo lo que te ataña aunque no tenga nada que ver con la situación que la originó. Se considerará probado que pretendías que la afirmación valiera para todos los casos sin distinción. Esta idea se expresa delicadamente en el eufemismo “elevar la anécdota a categoría”.

Para quien actúa según esta mentalidad las ideas no pueden ser concretas (válidas para un caso específico). Siempre son universales o generales aun cuando nacieron para una situación. La “Pauta de Newberry” ha funcionado siempre como puerta de entrada para el “Teorema de López del Río” de agrupamiento de Ideas y al “etiquetado indiscriminado”. Se entiende generalmente que se puede extrapolar a un tema más amplio una opinión local sobre un tema menor. Que quien opinó A en una ocasión sobre una cuestión circunstancial y anecdótica debe sostener las mismas razones cuando haya que aplicarlas a un tema de mucha mayor trascendencia aunque solo se asemeje tangencialmente.

“- Perdona, creí entenderte que tú también odiabas a los negros.
- ¿Por qué?
- Cómo dijiste que aquella vez en el metro uno te había pisado pensé que..”


Usos falaces:

la “Exigencia de Coherencia”:



Se trata de la manera más malévola de usar esta presunción que aplicaba tan curiosamente Newberry. Quien la utiliza echa en cara al interlocutor que no tenga una línea única en su discurso, que tenga vaivenes, que defienda unas veces una cosa y otras otra.

“Lo que no puedes hacer es defender cada vez una cosa distinta según te interese. No puedes decir ahora que las mujeres no son inferiores a los hombres cuando en el colegio tirabas a Ana de la coleta.”

La exigencia de coherencia es muy ruin cuando se usa maliciosamente y de forma mezquina. Es una de las más descaradas trampas dialécticas. Pone en relación técnicas que ya hemos estudiado al venir acompañada habitualmente de tergiversaciones (“Yo te he oído decir en más de una ocasión que…”) y deducciones sacadas por agrupamiento de ideas. Sin embargo como juego dialéctico mola. Mi mejor amigo es un auténtico experto en esta técnica y continuamente intenta sacarme de mis casillas usándola conmigo. Incluso se ha especializado en usarla humorísticamente porque sabe que me molesta de manera especial. La encadena a tácticas bandísticas muy depuradas en frases como “Claro, ya salió el fascista que llevas dentro. Con eso que acabas de decir me demuestras que vosotros los sociatas tenéis mil caras” (bandismo, frentismo, agrupación, etc..). A veces tengo que reconocer que el muy capullo[2] me hace dudar de mis propias posturas.

Y al contrario:
Es también muy curioso el uso que se hace de esta falacia en el ámbito político. Se utiliza de manera retorcida (y doblemente falaz por tanto) para justificar cambios de opinión. Estos “replanteamientos” son muy frecuentes por otra parte en la vida parlamentaria y la tarea de gobierno y oposición. Así no es raro ver a un político defendiendo la “incoherencia” entre sus decisiones o actuaciones (o entre las unas y las otras)  señalando que “lo que se dice para un caso no tiene por qué valer para todos los casos”. Estos argumentos suelen intentar esconder un interés. Si me beneficia digo una cosa y si me perjudica la contraria.

“Respetamos las decisiones del Tribunal Constitucional”
                        (Siempre que diga lo mismo que nosotros).

Así actuó el PP respecto a la sentencia sobre el Estatut de Cataluña pero no respecto a la de Bildu. Rizar el rizo es una expresión que se queda corta para definir la jugada de argumentar que si la guerra de Irak fue una guerra injusta, la intervención en Afganistán también lo debería ser, ergo ambas son justas. Conclusión evidente.

“Sacar frases de contexto”
Una forma refinada de usar esta técnica es aquella a través de la cual se hace pensar al receptor de la opinión descontextualizada (al oyente, lector, espectador..), que se quiso decir algo distinto a lo que realmente se dijo. Se les da muy bien a algunos becarios que hacen sus prácticas en periódicos en verano. Tras una hora de entrevista dejan tus declaraciones en cinco líneas bajo un titular entrecomillado que pierde todo su sentido fuera del conjunto de la conversación. Me lo han hecho varias veces haciéndome quedar como lo que no soy. Como si hubiera afirmado lo que no dije. 

Generalización desde la presunción:
Pero si elevar a general una idea expresada para un contexto concreto está mal, no digo ya hacerlo de una idea ni siquiera expresada sino solo presumida (por ejemplo por agrupación, tergiversación..). Si es aberrante generalizarla a todos los casos cuando su emisor la construyó pensándola aplicable solo al caso al que se refería, extrapolar una idea que se deduce es enfermizamente bandista. Lo sostenido para un caso no tiene por qué valer para todos. Cada situación tiene sus propias circunstancias condicionantes.

Por ello hay que tener cuidado con lo que se dice pues luego habrá ”Luises” que lo usen en tu contra aplicándolo a otros casos (“Nunca digas este cura no es mi padre” o “ De esta agua no beberé”). También hay que tenerlo con el “Efecto Adams” (Resultado de multiplicación exponencial del resultado por acumulación de falacias operando entre si) ya que si se parte de esta base se entenderá –por agrupación de ideas- que en otros temas tu opinión será una concreta y se generalizará a ejemplos análogos.

La concreción desde la idea general:
Hay que vigilar especialmente la perversión que supone precisamente lo contrario de la generalización absoluta. Por defender una idea general el “bandista” presumirá que siempre estarás de acuerdo con toda consecuencia que se derive de ella aplicada al caso concreto aunque sea aberrante. Por ejemplo expresar la creencia en la democracia como sistema y extrayéndose de tal afirmación consecuencias malévolas.





[1] Se trata de la reproducción literal del texto que consta en la denuncia que hizo Mr. Lowat en la oficina del Sheriff local para justificar por qué había entrado a por su escopeta para echar a aquel chiflado del jardín de su casa.

[2] En armenio y bactriano en el original.