miércoles, 23 de septiembre de 2015

ENCUESTAS PRECOCINADAS



Además de que me ha decepcionado mucho a lo que ha quedado reducida la supuesta "interactividad" que nos prometieron cuando llegara la televisión y la radio digital es que todos sabemos que son mentira.

Ya es triste que con todas las posibilidades de participación directa que brinda la "digitalización" mediante la conexión a Internet la única forma en que esta se ha materializado son las encuestas online en directo durante los programas. Denota una inconmensurable falta de originalidad por parte de los productores televisivos. Lo cual no es ninguna sorpresa a la luz de los guiones de las series y el mercadeo de programas entre cadenas y países. Otras decepcionantes formas de participación directa de los tele espectadores son las fotos que se mandan a los espacios meteorológicos o las preguntas que se remiten a los programas vía twiter. Penoso por mínimo en cuanto a explotación de posibilidades. 

Pero hoy me centro en esos porcentajes que se desplazan por la parte inferior de la pantalla hacia la izquierda en todos los programas televisivos. Se ha convertido en costumbre, vaya de lo que vaya el programa, abrirlo haciendo una pregunta al público sobre el tema del día (o no) ofreciendo la opción de dos posturas a las que adherirse a lo largo de la duración del programa. Los espectadores pueden llamar por teléfono para posicionarse (por teléfono a estas alturas) marcando uno u otro número según sea una u otra su opinión. De esa manera se suman las llamadas y se calculan los porcentajes de apoyo a una u otra alternativa. En los casos más avanzados se hace mediante encuesta en facebook o alguna aplicación en la web de la cadena. No me he fijado pero además casi seguro se tratará de llamadas de cobro. Eso sin contar lo engañoso que es hablar en porcentajes claro. Siempre queda mejor decir el 70% de las llamadas que "siete llamadas de las 10 que hemos recibido". Parece que llama más gente. Patético.

Muchas son las causas para la crítica antibandista en esta práctica.

La primera de ellas la propia formulación e incluso la redacción de la pregunta. Claramente tendenciosas en la mayor parte de las ocasiones. Con ellas la cadena solo quiere lograr demostrar su propia tésis y contribuir al reforzamiento del cororativismo confortante de los "espectadores de una sola cadena" (parafraseando al clásico que para referirse a los fanáticos religiosos los llamó "lectores de un solo libro"). 

Ahí están las Intereconomías de uno y otro signo haciendo preguntas del tenor de ¿Está usted de acuerdo con que se mancillen los derechos de los que no quieren ser tratados como...etc? para poder presentar a sus audiencias luego aplastantes guarismos cuando dicen: el público es sabio, el 89% se posiciona en contra de ... (Me pregunto quien compone el otro 11%. Imagino que trolls varios. Claro que también me pregunto quien saca tiempo para llamar para esas chorradas).

Otro motivo para la crítica es que la práctica está demostrado que estas encuestas no sirven para lo que deberían. En mi opinión deberían ser la demostración del sentido crítico de los individuos. Mostrar lo que de verdad piensa la gente tras una reflexión documentada sobre cada tema (para lo que está el programa correspondiente), ayudar a formar opinión propia. Sin embargo en realidad sirven más para reforzar la pertenencia a un grupo concreto, detectar al disidente y hacerle sentir incómodo hasta entre las cifras de las minorías, fidelizar a la cadena por sentirse a gusto entre los que piensan como tú, etc.

Y la mejor prueba de lo que digo es lo previsible de los resultados. Cualquier analista aficionado acierta antes de arrojar el resultado estadístico al final del programa solo con ver el sesgo de esta y la propia pregunta. Casi se pueden hacer apuestas sobre el grado de exactitud del acierto. Y lo que es peor aun; Esa exactitud responde en la mayor parte de los casos a que la gente se posiciona en este tipo de encuestas por lo que dicen los míos (argumentarios machacados hasta el aprendizaje memorístico y la repetición acrítica) o lo que se espera que digan dada "nuestra" trayectoria anterior sobre este u otros temas parecidos. NUNCA se posiciona (la mayoría en términos estadísticos, siempre hay excepciones) por opinión personalmente creada y desconectada del resto del cuerpo doctrinal de su facción o bando. La gente no llena esas estadísticas con su opinión sino con lo que le han dicho que piense o lo que pensamos los mios (que son dos formas de decir lo mismo). 

Si en un programa se pregunta ¿Cree usted que el Papa ha hecho los suficiente sobre tal tema? o ¿si ha actuado el gobierno adecuadamente en tal otro? sería posible hacer la pregunta así, tal como yo la acabo de redactar, porque  a los católicos les daría igual el tema de que se tratara y muchos de ellos dirían que sí fuera cual fuera (igual que los anticlericales dirían que no) y los votantes del PP responderían afirmativamente sin saber de qué se estaba hablando igual que los de los otros partidos dirían que no. 

Es más, estoy seguro de que la mayor parte de los que llaman a este tipo de cosas son siempre los mismos y opinan siempre en a misma dirección esperable. E incluso sospecho que hay personas que se creen en el deber, que se sienten en la obligación de llamar para dar fuerza a su postura (no la suya, la de "los suyos") para que el porcentaje de apoyo a su tesis "gane" ese particular concurso. Auténticos legionarios de las encuestas televisivas.

Eso si son verdad y en realidad llama alguien. Que me cabe seriamente la duda de que no sea simplemente una excusa para dar datos y rellenar, y que detrás no haya llamada alguna ni respuesta por parte de los telespectadores.

Triste.

Y ya.



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