sábado, 28 de febrero de 2015

EL VESTIDO



¿De que color ves este vestido?
(Experimento que circula por Internet)

Es evidente que soy yo, que le doy al rulo con lo más insospechado y siempre más de lo que debo, pero la foto viral del dichoso vestido dorado/blanco o azul/negro (según quien lo vea) que circula estos días por las redes me ha hecho pensar.

Es la primera vez que tengo una prueba empírica que replantea conceptos que a la humanidad han traído de cabeza desde sus inicios: la existencia de una sola verdad, la posibilidad del relativismo, la capacidad de empatía con el punto de vista del otro, la riqueza de la diversidad, la impostura de los sentidos..


Es un hecho cierto, constatable, científicamente comprobable, racional y absoluto..que unos vemos ese vestido de un color y otros de otro, y que ambas afirmaciones son verdad ("La imagen que veo es la de un vestido azul y negro" y "La imagen que veo es la de un vestido dorado y blanco"). Es absurdo querer convencer al otro de que tu verdad es la verdad, pues la suya también lo es. Ambas lo son. Maravilloso.

Todos vemos el vestido de un color y cada uno de nosotros apostaría su mano a que es de ese tono. Creemos en nuestra verdad. En lo que nos dicen nuestros sentidos. No concebimos que otro lo vea de otro ni que podamos estar equivocados (de hecho en este caso no lo estamos ninguno). Somos dogmáticos en ese extremo. 
Pero es que curiosamente es cierto que los dos lo vemos en un color diferente. Hay cientos de páginas ya en Internet que explican el por qué es así que no malgastaré mi espacio en esas explicaciones.

Cierto es que el vestido es uno y solo uno (aunque a nivel filosófico incluso eso seria discutible) pero las percepciones son múltiples. Habrá quien quiera banalizar la pensada abogando porque se trata de un efecto físico sobre la reflexión y la luminiscencia, sobre los pigmentos, sobre el flash.. Lo que quieras. Yo no me asombro ni discuto que el vestido sea de uno u otro color, sino de que estemos ante un caso evidente (nunca mejor dicho) de dos percepciones distintas de una misma realidad y ambas ciertas e indiscutibles.

Si dejo que se me vaya la olla se me va a los terrenos de lo cuántico y al experimento del gato de Schrödinger, al territorio de la duda metódica, del engaño a que nos somete continuamente la esclavitud de las percepciones, a la renuncia budista a las pasiones para conocer la iluminación de la verdad y alcanzar el Nirvana, al estoicismo, al dogmatismo en las creencias personales como enemigo contra el que estar vigilante..

Igual una simple foto, un sencillo vestido en un escaparate, debe hacernos reflexionar sobre lo absurdo de tratar de imponer nuestra verdad a los demás, matar en nombre de la existencia de una única verdad indiscutible, lo estúpido de defender la existencia de bandos irreconciliables, de la necesidad del opuesto como adversario o enemigo, de la idea de que el discrepante está equivocado y yo en lo cierto, de lo impreciso de la expresión"sin ninguna duda"...

¿Y todo esto por una foto viral en las redes? Está claro que se me ha ido la olla... ¿o no?

Y ya.

(*) Si no conoces la foto y no me crees haz la prueba preguntando a tres o cuatro personas a tu alrededor de qué color ven el vestido. Flipas.

viernes, 13 de febrero de 2015

HUMOR BANDISTA

Y es que hay todavía quienes (muchos) no conciben la no alineación/no alienación, ni que corren ya tiempos en que determinados conceptos se han quedado obsoletos.

Se puede concebir el mundo sin etiquetas. Si te esfuerzas se puede.


lunes, 9 de febrero de 2015

EL PATIO DEL COLE

(O "De como sentir vergüenza ajena", .."Y es que son como niños".. "Patetismos".. No se. Elige el título tu mismo)

El Pais
Opinión

Borja Hermoso lo escribe y yo lo suscribo

"Don Pantuflo y El Coletas. Y esto es lo que hay en el lugar llamado España, donde lo catódico es solo un fiel espejo de la evidencia circundante, centrífuga y centrípeta: un país de cabreros, como dice Marsé y como dijo Gil de Biedma y eso, a estas alturas de curso, tiene mala solución. Al que nace barrigón es inútil que lo fajen.
Con lo cual, tampoco nos escandalicemos tanto con las consecuencias televisivas de tanta mala hostia y tan poca educación. En la charla nos interesa bastante más lo que diremos cuando acabe el otro que lo que dice el otro, independientemente de lo que diga el otro. De ahí pasamos al diálogo de besugos, especialidad hispano-española, a la hipérbole vehemente y a la falta de argumentos. El cóctel de las tres nos lleva directamente a la gracieta barata y al insulto impotente, y de ahí derechitos al Duelo a garrotazos de Goya, alguien al que le sobraban argumentos y por eso pintaba cosas así, cosas que llamamos pinturas negras pero que son luminosas, pura luz sobre nuestra fatalidad celtibérica. Como este intercambio el otro día en laSexta noche, pseudodebate de actualidad reconvertido en lanzallamas de banalidad y patraña y convenientemente empaquetado para confundir (más) al votante. El chou fue entre el cómico Eduardo Inda y el cómico Pablo Iglesias, empeñados en hacer de Faemino y Cansado, pero el especial de Nochevieja ya pasó, oigan:
Pablo Iglesias: ¿Puedo hacerte una pregunta?
Eduardo Inda: Las preguntas las hago yo, Pablo.
P. I.: Es pequeñita, una solo.
E. I.: Sí, las que quieras.
P. I.: Me han contado, no sé si es verdad, que te llamaban Don Pantuflo.
E. I.: No sé, ni idea.
...
P. I.: O sea, que lo de que te llamaban Don Pantuflo es verdad, por la cara que has puesto.
E. I.: A ti te llaman El Coletas y no pasa nada...
Y eso es lo malo: que no pasa nada. Estos dos cómicos, cada uno con su deprimente estética, —camisas imposibles/medio metidas/medio sacadas/si pero no/ porque soy rojo pero también socialdemócrata en el caso del uno, y nudos de corbata orondos, genoveses y estrangulantes, grotescos en el caso del otro— seguirán divirtiendo al personal con sus ocurrencias hasta que el cuerpo aguante, que aguantará, ya lo verán.
Es la cruda realidad de una televisión generalista hecha de jirón y zarpazo, sin discurso, invertebrada como la España invertebrada, más carne para la termomix. Pero no se preocupe, lector televidente: todo es lógico y coherente. Si triunfan Jorge Javier y Belén Esteban, ¿por qué no dar una oportunidad a Don Pantuflo y a El Coletas? Al fin y al cabo, estamos hablando de lo mismo: nutrientes para las bajas pasiones, share, mentira, asco."

martes, 3 de febrero de 2015

LA PAUTA DE NEWBERRY

PAUTA DE NEWBERRY
(o  GENERALIZACIÓN ABSOLUTA)
A para el caso X, luego A para todo lo que se parezca a X.


“- El otro día fue el juicio contra el tío que me atracó por la calle y tuve que testificar. Estaba aquí sin papeles y le van a devolver a su país. Me parece bien.
-            Ya veo. Estas a favor de la expulsión de los inmigrantes.”



El 12 de enero de 1987 marca el inicio de la carrera de Adam Mortimer Priest (de quien nunca se supo por qué le llamaban “Newberry”) como “cazador de incoherencias”. Tras ser el afortunado ganador de un premio de 125.000 dólares de la lotería del estado de Kansas su mente hizo finalmente “chack” y perdió la razón. Gracias a la fortuna recién adquirida pudo abandonar a su mujer y a sus hijos en la granja de mofetas que regentaba y dedicarse a cumplir su sueño. Se diseñó su propio uniforme de superhéroe, una mezcla entre su pijama favorito y sus mallas de running regalo publicitario de la marca Budweiser. Montado a bordo de su Lincoln granate del 82 recorrió el país a la caza y captura de incongruencias personales. Había reunido durante toda su vida un total de 12 voluminosos álbumes de recortes. Contenían declaraciones inconexas sin mas vínculo entre ellas que el de haber sido hechas por alguien y publicadas en algún periódico. No trataban sobre ningún tema en particular, ni eran de nadie concreto. Solo frases convertidas en titulares. “Nadie escucha al agricultor americano medio”, “los horarios comerciales deberían flexibilizarse”, “empecé a coleccionar bolsas de basura en los 70”. Su locura tenía método, dijeron años después los médicos que le trataron en su internamiento. Tras una pequeña investigación de cada persona (que a veces le costó una demanda por acoso dado que nunca fue muy hábil para esconderse en sus vigilancias y que las hacía disfrazado con su “uniforme”) se dirigía (así vestido) a las puertas de toda América y enarbolando ante su emisor el titular correspondiente en cada caso le echaba en cara su incoherencia personal.

-          ¿Es usted el James Lowat que el 8 de Julio de 1985 hizo ante un periodista del “Independence Chronicle” la siguiente afirmación: “las fresas de Wisconsin son las mejores del mundo”? Porque si es así le sugiero que replantee sus prioridades, amigo. No se puede presumir de consumir productos americanos y luego comprarse un coche coreano como el que le he visto aparcado a la entrada… ¡Ja![1]

Durante los seis años que duró su encierro en la institución mental “Brokenbrains” Newberry se dedicó a volcar sobre 876 rollos de papel higiénico su ingeniosa teoría. En ella defiende su ya famosa “pauta” según la que considera justificado convertir en reglas generales, aplicables a todo caso, las afirmaciones pensadas y proyectadas sobre situaciones concretas. Se trata del criterio de “aplicación rigurosa” o de “coherencia continua”. Según ello una afirmación tuya aplicada a un caso específico y particular siempre se podrá entender como regla universal que se puede proyectar sobre cualquier caso (aunque la analogía esté pillada por los pelos). Toda opinión expresada se convierte automáticamente en regla general universalmente aplicable a todo lo que te ataña aunque no tenga nada que ver con la situación que la originó. Se considerará probado que pretendías que la afirmación valiera para todos los casos sin distinción. Esta idea se expresa delicadamente en el eufemismo “elevar la anécdota a categoría”.

Para quien actúa según esta mentalidad las ideas no pueden ser concretas (válidas para un caso específico). Siempre son universales o generales aun cuando nacieron para una situación. La “Pauta de Newberry” ha funcionado siempre como puerta de entrada para el “Teorema de López del Río” de agrupamiento de Ideas y al “etiquetado indiscriminado”. Se entiende generalmente que se puede extrapolar a un tema más amplio una opinión local sobre un tema menor. Que quien opinó A en una ocasión sobre una cuestión circunstancial y anecdótica debe sostener las mismas razones cuando haya que aplicarlas a un tema de mucha mayor trascendencia aunque solo se asemeje tangencialmente.



[1] Se trata de la reproducción literal del texto que consta en la denuncia que hizo Mr. Lowat en la oficina del Sheriff local para justificar por qué había entrado a por su escopeta para echar a aquel chiflado del jardín de su casa.