viernes, 7 de febrero de 2020

RECETA PARA UN DISCURSO POLARIZADOR



El departamento de Semiótica de la facultad de Filología de la Universidad de Boston, tras analizar más de 140 horas (dos programas) de monólogos de Federico Jimenez Losantos, tres alocuciones parlamentarias y doce tuits de Gabriel Rufían (que alcanzaron una puntuación de 12 sobre 10 en la escala McQuinley de malahostia), tres intervenciones ante los medios de comunicación de portavoces de VOX y dos discursos de Donald Trump, ha logrado aislar los elementos que componen cualquier discurso del odio y la agitación polemista en busca del cabreo del oyente, determinando que estos son los ingredientes de todo speech que pretenda lograr posturas enervadas y enfados frentistas y sectarios:

- Conecte sin filtro una idea con otra que le vengan a usted a la cabeza aunque no sean sobre el mismo tema siempre que reúnan la condición de ser ideas potencialmente generadoras de agresividad en la mente simple de una persona acrítica de las que solo necesitan "ese" pequeño empujón para terminar de enfadarse. NO deje de hablar. La "continuidad" del discurso cabreante impide pararse a pensar sobre lo que se ha dicho y solo se asume el tono y el "acuerdo general" con la idea básica. Pase sin solución de continuidad de uno a otro punto sin que sea exigible coherencia al discurso ni conexión lógica entre sus aspectos mientras sean temas cabreantes con los que el oyente esté en lo fundamental de acuerdo y con ello instintivamente se vea reforzado. NO se calle. Cabree sin parar. (Hablando de una cosa pase a otra sin que se lo impida el hecho de que no tengan nada que ver entre ellas -como por ejemplo hablando de la gestión del aeropuerto de Barajas pase a que desde allí se ven las fosas de Paracuellos-) 

- Ríjase por la norma de la "homeopatía de las ideas malas" según la cual lo que se toca, aunque sea de manera ligerísima o tangencial (incluso a veces no hace falta ni eso) se "contagia" inmediatamente. Usted siembre el odio que ya crecerá. (Por ejemplo: "Ahí están votando juntos ETA y el PSOE" -identificando ETA y BILDU y dando por hecho la contaminación del PSOE con las características del primero por su íntima relación "probada" en el hecho de que han votado lo mismo en un tema y, ya de paso, dejando caer la sospecha de que ambos están manchados de sangre-)

- Entre dos epítetos elija usted siempre para definir al oponente el más ofensivo (Nos vale perfectamente el ejemplo anterior también para esto, aunque también se podría mencionar la despectiva forma de usar indiscriminadamente términos como "podemitas", "fascistas", "chavistas", "derechita cobarde", "los que quieren destruir España", "ultraderecha", etc.)

- Exagere hasta extremos histriónicos como marca de la casa. Si al hacerlo llega usted a la mentira tómelo como una licencia literaria. ¿Para qué va a decir usted negligencia si puede decir asesinato? (Repita hasta el hastío que hay un acuerdo secreto por el hecho de que han votado sacar a Rajoy y poner a Pedro Sánchez votando la moción de confianza, insista en que la Guardia Civil usó de manera desproporcionada la violencia contra la población pacífica,..) Desbarre sabedor de que nadie le va a llevar la contraria y que no hay un solo discrepante entre su audiencia. Satisfaga las necesidades de los suyos de autoafirmación. Alimente el odio y eche leña al fuego.

- Invente insultos y palabras ofensivas propias. Cree sus propios mantras que luego los simples puedan repetir en sus memes y en la barra del bar mientras mastican el palillo. Repítalos hasta saciarse. No se canse de ello. Diga mucho lo de "Los marqueses de Galapagar" y tal. Ese humor tan "básico" ha demostrado tener gran predicamento entre los idiotas.

- Introduzca la sospecha sin necesidad de pruebas (por más descabellada que parezca la teoría) y una vez dejada caer actúe desde ese momento como si hablara de algo probado.

Aplicando estas sencillas reglas habrá usted conseguido varios importantes objetivos. Habrá sembrado la semilla del odio que a partir de aquí ya crece solo a base de presunciones de veracidad por parte de los simples ("Si lo dice tan rotundamente será que es verdad, nadie lo afirmaría tan tajante sin pruebas.")..
Habrá echado a rodar la bola de nieve que crece en tamaño sin mancha en su conciencia, ya que, como todo el mundo sabe, usted no es responsable de lo que otros hagan con sus palabras.. Las consecuencias que pueda tener su discurso escapan a su control y no son cosa suya. Evidentemente.
Habrá conseguido delimitar claramente quién es de los suyos y quién el enemigo, pues quien no esté de acuerdo (es más quien no esté furibundamente de acuerdo con usted o como mínimo igual de ofendido o cabreado si no más..) podrá ser objeto de sus ataques (y de su turba de seguidores) desde ese momento, ahorrando así gran cantidad de tiempo y esfuerzos baldíos en oír al otro y sus ideas.

Y ya.