viernes, 10 de mayo de 2013


SOBRE LAS FACETAS DE LA LEALTAD:
MATICES Y GRISES ENTRE LA CONFIANZA Y LA TRAICIÓN

Siempre es la mano y no el puñal. Nunca es lo que pudo haber sido.
No es porque digas la verdad. Es porque nunca me has mentido

Fito y Fitipaldis
-Antes de que cuente 10-

"Si todos los hombres pueden contar contigo,
pero ninguno demasiado"

Rudyard Kipling
Comienza el hilo con este conocido "motto" de los marines americanos por la gran relación con el tema que toca.  Contra lo que muchos piensan la traducción del famoso "Semper fidelis" no es la simpleza de siempre fieles, ni la un poco más compleja siempre leales entre nosotros, sino la más práctica de siempre fiables en el sentido de que se puede confiar en ellos.

En el ámbito de la estrategia de bandos es pertinente la relación entre lo que el otro espera de nosotros y lo que le debemos, pues no toda expectativa de lealtad es infundada ni mera presunción bandista

Así, es intrínseco al ser humano establecer lazos de confianza con otros. Eso es la amistad, el cariño, el amor, la relación contractual, el compañerismo, la camaradería.. Estos lazos se acuerdan tácitamente en muchas ocasiones por presunción (aunque en otras se hacen expresos). Cuando alguien presume que le debo ser leal hay que hacerse la siguiente reflexión: ¿me tengo que sentir responsable?, ¿he hecho yo algo que le haya llevado a pensar así (a creer que le debo lealtad a él/ella o sus posturas)?

Es interesante preguntarse:
a) QUIEN es esa persona que entiende que soy de los suyos, confía en mí por algo o espera de mí lealtad.
b) POR QUÉ lo entiende así (qué he hecho yo para que lo piense)
c) CUANTO me importa lo que espere ese alguien.

Y al contrario, cuando entiendo que alguien me debe esa relación de confianza que espero de él y espero su lealtad ¿Por qué lo espero?, ¿Qué ha hecho para que yo me crea con ese derecho?

Pienso que si las personas a través de nuestros actos, nuestro comportamiento, actitud, posicionamiento, etc. hemos hecho esperar legítimamente a alguien cierta postura o actitud por nuestra parte (hemos generado una expectativa éticamente exigible, por ejemplo con un acto expreso -una promesa-, o tácito pero claro –una adhesión pública a través de nuestra presencia en una manifestación-) el sentido personal de la obligación y la responsabilidad nos debería hacer ser coherentes y no frustrarla. Ese es el verdadero significado de la lealtad y de sentido del deber y la obligación. Si no fue así y su expectativa no se la hemos creado nosotros.. es su problema lo que espere o deje de esperar.

He tratado en este blog el concepto de lealtad desde varias ópticas (corporativismo mal entendido, lealtad a los suyos por presunción..) pero no desde el de la de la pérdida de confianza, la deslealtad o la traición. Las relaciones humanas se basan en este concepto. Es erróneo fundamentarlas en el mismo si solo se trata de una presunción, pero también es cierto que es el único agarradero sólido si se hace conforme a un acuerdo expreso o a un acto de conformidad voluntariamente manifestada de manera libre en un momento concreto. Por ello para los individuos y las sociedades son tan graves los comportamiento o actitudes que infringen este principio básico (como la estafa, el fraude, la mentira, el engaño, la traición, la apropiación indebida..). Igual que digo que no hay que sentirse obligado por la presunción de lealtad que otro pueda hacer sin fundamento, también reivindico la coherencia de la confianza en quien nos la debe y a quien se la debemos si se la hemos dado voluntariamente.

La honradez, la decencia, la honestidad, la buena fe, la calidad humana y ..en último lugar la bondad/maldad se miden por este tipo de parámetros: egoísmo, interés, confianza, respeto a la palabra,.. El mal no es solo hacer daño a alguien a drede, o mejor dicho.. hay muchas maneras de hacer daño a los demás. Traicionar la confianza que nos han depositado es una de ellas. Ser mala o buena persona no solo implica actividad "dolosa", también se puede ser malo por traición "culposa", por la "negligencia" moral de bajar nuestro auto-límite de exigencia ética o por incumplir la expectativa que le hemos generado al otro.

En días en los que se oye hablar frívolamente de coches fiables (en el sentido de que no te dejarán tirado, no te engañan, no te fallan cuando menos te lo esperas..) o más en serio sobre la confianza depositada en nuestros representantes políticos, y que se adjetiva como de traición por algunos la mentira electoral.. En tiempos en los que oímos hablar de la falta de vergüenza y de decencia de quien abusó de su cargo electo (de la confianza de sus electores y de sus representados), en momentos en los que se ha recuperado la expresión “traición” al hablar del acceso a secretos luego desvelados y de pérdida de confianza de los superiores.. no está de más revisar nuestros propios puntos de vista sobre la ética del comportamiento “debido” a otros por lo que esperan legítimamente de nosotros dado que se lo hemos hecho pensar así.

“El Scout es leal y cifra su honor en ser digno de confianza”
Si un Scout dice que hará algo puedes darlo por hecho. Si un Scout da su palabra la cumplirá cueste lo que cueste.

Baden-Powell
Escultismo para muchachos