miércoles, 17 de octubre de 2012


ELECCIONES


EL PENOSO ESPECTÁCULO PATÉTICO DE VER A LOS BANDISTAS INTENTAR CONVENCERNOS CUANDO NOS NECESITAN PARA SUS PUERCOS INTERESES

Lástima, vergüenza e incluso asco (depende de hasta donde sean capaces de llegar -en ocasiones la indignidad de sus manejos llega a extremos insospechados-) son algunas de las sensaciones que experimento viendo a los unos y a los otros intentando convencernos de que son la mejor opción que hay para nosotros.


Sería menos triste si expusieran sus ideas, su proyecto, y se retiraran. Simplemente. Aplicando así la máxima que dicen pero no creen: la gente es inteligente y libre para decidir. Al fin y al cabo se supone que todos estamos en lo mismo y tenemos problemas similares y fines compartidos.


Pero no. La filosofía no es quiero serviros y me ofrezco, sino quiero quitar a los que están o quiero quedarme que ya estaba yo.. Les hay que prefieren insultarse unos a otros, tratar de que veamos a los otros como el enemigo, de que todo va a ir mal si no salen ellos, de que los otros hicieron.., o dejaron  de hacer.., de que los que vienen traen ideas ya abandonadas y obsoletas, de que los que están no saben hacer frente a los problemas.. Algunas personas tratan de definirse al menos por sus principios, otros dicen a las claras que no les une nada entre ellos más que el odio a los otros. Un mar de marketing para tapar la falta de argumentos. Qué lástima.

A los de abajo les interesa la solución de sus problemas, su día a día, sus preocupaciones y realidad. No las rencillas personales de barrio entre los elegibles. Ni lo que piensan unos de otros.

¿Qué ganan para que merezca la pena rebajarse hasta ese extremo? ¿poder? ¿capacidad de influencia?¿vanidad cumplida?¿un cargo desde el que sentirse poderosos?

El penoso espectáculo de la confrontación electoral saca a relucir lo mas bochornoso de algunos seres humanos y hasta donde es capaz alguno de rebajarse en su personal enfrentamiento tratando de arrastrarnos a los demás.

No todos son así. Por suerte hay buena gente, pero un mal elegido compañero de viaje o un simpatizante partidario lenguaraz hacen tanto daño que a veces tapan la honradez de los honestos.

(*) Que no digo que todos sean así, ni esto es un alegato genérico contra la “clase política”. No creo que sean indignos. Algunos ejercen su vocación (y se suele reconocer cuando lo es) con honestidad y dignidad. Al servicio de aquellos para los que están ahí. Menos aun contra las elecciones como mecanismo o la Democracia como sistema.
Sostengo (y no me enmiendo) que alrededor de los procesos electorales aflora lo más bajo de las personas y que algunas muestran en ellos lo peor de sí mismos: rencillas, personalismos, etc., olvidando lo importante. Que haciendo esto  generan tensiones, fomentan enfrentamientos artificiales, establecen enemigos, ponen a unos contra otros, exigen lealtades y adhesiones o consideran en caso contrario traiciones, no admiten la diferencia y la diversidad de la que se les llena la boca, son dogmáticos e intolerantes, llegan al insulto, agreden al disidente... Y que eso es el más asqueroso de los bandismos .

Para saber más: 
http://www.eljueves.es/2012/10/18/en_campana_todo_vale_una_pelicula_sobre_circo_politica.html

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