sábado, 25 de enero de 2020

INSULTAR POR CONEXIÓN


"Es la mayor ofensa posible la sutileza de no atacar al inferior 
buscando su daño sino el refuerzo íntimo 
en el argumento del discurso y en la fuerza del orador" 
Aristóteles (350 a.c.)
"Sobre la ironía"
-Retórica- (*)

"El mejor timo es ese en el que el pardillo no se entera de que lo han timado"
-El golpe- 
George Roy Hill-1973-


El arte del insulto siempre me ha parecido las más fina y elegante de las habilidades dialécticas. Creo con los mejores autores que con diferencia la mayor muestra de desprecio es la falta de aprecio. Saberse tan superior al insultado que no te haga falta ni ofenderle al hacerlo. No buscar con el insulto que se moleste siquiera. Que eso no sea tu objetivo demuestra tu posición por encima de él. La sutileza irónica es el reflejo perfecto de lo que quiero decir. 
Para mí la situación insultante perfecta es mi respuesta a alguien que no entiende muy bien lo que se le ha dicho pero tiene la sensación, ese remusguillo interior molesto, de que no ha sido bueno (Y se queda deseando decir al menos "Y tú más" -pues no le da para mucho más su ingenio- pero no se atreve por no estar seguro de haber sido atacado). Y a su lado alguien con la suficiente inteligencia para haber captado la ironía levanta la comisura del labio cómplice disimuladamente. Y es que a quien más me gusta insultar (por devolvérsela cuando lo merece) es a los "idiotas contradictorios" ("idiota" en el sentido de falto de inteligencia suficiente y "contradictorio" en el de creerse que la tiene).


"No conozco a la mitad de ustedes ni la mitad de lo que querría, y lo que querría es menos de la mitad de lo que la mitad de ustedes merece"
- Bilbo Bolsón-

Por eso me molesta tanto la falta de estilo insultando que se da continuamente a mi alrededor: ofensas directas, viscerales e instintivas faltas del más mínimo sentido de la elegancia. Reveses de devolución de pelotas de saque dados sin gracia con un palo. Sin dedicarse un tiempo a construir la respuesta ni a pensar el adecuado requiebro (O siquiera si merece la pena hacerlo), o tener el talento genial de dar esas fintas de vuelta ágiles y cortantes que hacen sangrar más por la velocidad del estoque que por la zafiedad de la punzada.

Y de entre todas ellas la que me parece más penosa es la tan frecuente forma de insultar mediante simplemente enumerar adjetivos tenidos por negativos. Lo llamo insultos en cadena o insultos conectados.  

Funciona así:
Llega el simple y oye o lee algo con lo que no está de acuerdo.
La inmediata conexión cerebral bandista que se produce en su cerebro es la de que el otro (el de opinión distinta) es su enemigo..
.. y se siente en la necesidad de responderle, pero no con contra argumentos a su idea, sino con insultos.

Y HACE UNA LISTA MENTAL DE PALABRAS QUE LE SUENAN A INSULTO Y SE LAS LANZA EN RISTRA (Y lo peor es que por alguna extraña deformidad cerebral aún no localizada entiende que entre ellas hay conexión y coherencia. Que quien es una cosa siempre es la otra)

Y todo ello en segundos. Es como un test de Rochard instantaneo; ¿a que te suena esto? Pues a esto. Sin más. Automático... Y, como el test, nos dice mucho del insultador.

.. Si eres aficionado a los toros eres un facha al que le tiene sin cuidado el puto planeta y los derechos de la mujer. Es evidente. Alguien debería escribir un libro sobre esto.

Esta simpleza en la construcción del pensamiento está muy extendida y está destruyendo toda posibilidad de ir hacia un modelo de sociedad civilizada. Demuestra no solo la falta de conciencia del alcance y consecuencias de lo que se dice sino también la enorme ignorancia de quien lo dice -en este caso no saber lo que significa nazi ni la dimensión del contenido del término-, y una imperdonable (se suele justificar por ingenuidad o juventud) "audacia" intelectual. Puede que la civilización la construya el filósofo con su pensamiento, el artista con su arte, el legislador con sus leyes, el general con sus conquistas y la aportación cultural decantada durante años en una época concreta, pero la destruye el mal uso del pueblo y la debilidad en protegerla del político.. Se destruye  cuando se impone la visión del simple sobre los principios y valores universales.

Eso por no hablar del "abaratamiento" del uso de ciertos términos del que ya he comentado mi opinión en otras ocasiones.

Y ya.

(*) Fake-Cita completamente inventada con el único interés espurio de dar empaque a mis propias teorías. Una vez escribí así un libro competo. Soy ladino.



Nota: No creía que a estas alturas de blog tras casi 8 años y cientos de entradas intentando explicarlo hubiera que aclarar que con estas entradas no estoy poniéndome a favor de una postura u otra (en este caso no defiendo ni dejo de hacerlo a los aficionados a los toros) sino que denuncio una actitud social y personal (el bandismo, el sectarismo, el frentismo, la polarización acrítica, la adhesión ciega a "lo que se espera que diga uno los míos", la obligación social de posicionarse claramente a uno u otro lado con el paquete de ideas que conlleva eso, etc.) que entiendo sumamente perjudicial para la convivencia, pero a la vista de algunas respuestas que recibo se ve que si hace falta hacerlo.

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