Ay de quien, en España, no está ni con tirios ni con troyanos! Será repudiado por unos y otros. Se rechaza el diálogo, se abomina del pacto, se ridiculizan las terceras vías, se promueve el alineamiento frentista, se alienta la confrontación, se exalta a los nuestros y se denigra al adversario escarneciéndolo como enemigo… Pudo parecer por un momento que, al estar mucho mejor comidos y algo más desasnados, habíamos abandonado nuestra pulsión cainita más profunda. Pero no ha sido así. Esta ha renacido para satisfacción de dogmáticos, alivio de frustrados, justificación de cobardes y desahogo de impotentes. En suma: no niego ninguna -¡ninguna!- salida al contencioso que tenemos, pero sí abomino de las actitudes que van cristalizando a uno y otro lado, y que impiden hallarla en paz y concordia.
Juan José López Burniol -LA VANGUARDIA-22-11-14
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