"Me he sacado el carnet de manipulador de alimentos. Ya tengo a los plátanos y a las patatas totalmente en contra de las zanahorias."
domingo, 4 de diciembre de 2022
TIPOS DE TERTULIAS
jueves, 1 de diciembre de 2022
RESISTIENDOSE AL PENSAMIENTO ÚNICO
domingo, 13 de noviembre de 2022
jueves, 3 de noviembre de 2022
LOS QUE VAN A ENSEÑARNOS A LLEVARNOS BIEN
Si hay un colectivo que ha perdido el respeto de la ciudadanía por su incapacidad para el entendimiento, el diálogo, ponerse en el sitio del otro, el respeto mutuo, la educación.. son los políticos.
Gente que parece haber aprendido a debatir en Internet.
Y estos son los encargados de regular que nuestros chavales aprendan a llevarse bien sin sectarismos, revanchismos, odios ni insultos.
Pues vamos dados.
Y ya.
miércoles, 15 de junio de 2022
A LOS EXTREMOS RIDÍCULOS QUE LLEVA EL BANDISMO
Odio comentar la actualidad. Me parece ordinario valga la redundancia. Así que no lo haré y solo la usaré para ilustrar la tesis mayor. La entrada no va sobre el caso concreto sino sobre la categoría general. Y menos tanto sobre posicionarme en uno de los bandos en detrimento del otro cuanto de ridiculizar a los extremos a que llegan los bandistas en su actitud y comportamientos.
El sectarismo, como todo fanatismo, hace perder al sectario el control sobre sus propios esfínteres mentales y a menudo se pone en situaciones ridículas llevado hasta ellas por su falta de sentido acrítico. Las formas desaparecen en aras de dejar bien claro con quien, y sobre todo contra quien, estás. No importa perder la dignidad ni el sentido del saber estar si con ello nadie duda de tu adhesión a la causa de los tuyos y haces lo que de ti se espera. O mejor, si consigues con ello polarizar, enfrentar, enfadar, tensionar, enemistar, clasificar en buenos y malos, etc. A todos nos ha tocado ver en los últimos años el triste espectáculo de personas haciendo afirmaciones o atribuciones completamente absurdas que no ponían a su propietario más que en el terreno de la idocia sin otra motivación para ello que dejar clara su lealtad a los suyos haciendo seguidismo de los argumentarios dictados por los gurús de su bando. Las redes sociales son el sustrato perfecto para que dé frutos este tipo de semilla perturbada.
Durante un tiempo resultó que para algunos quien salía a las 8 a aplaudir en los balcones al personal sanitario era un rojo que lo que hacía en realidad con ello era dar balones de oxígeno a un gobierno asesino de ancianos. Y que lo que debía hacerse en lugar de eso era salir al balcón con la cacerola para hacer saber así a nuestros gobernantes de nuestro malestar con su gestión homicida. Igual de imbécil era el que salía al balcón por contrarrestar las cacerolas y no por agradecer a médicos y enfermeras su sacrificio. Entiendo no hacer ninguna de las dos cosas pero hacer una de ellas por oposición a la otra me parece el colmo de los absurdos. Se dio la archiridícula situación de que los españoles quedábamos a las 8 de la tarde para nuestra peculiar guerra balconicida entre caceroleros y aplaudidores. No tenemos remedio.
Un tiempo después se libró en la sociedad española otra de nuestras famosas guerras civiles chorras cuando, con el fake manipulador de decir que no se quién había dicho no se qué, que evidentemente era falso y que ya se ha convertido en sistema detonante de estos micro conflictos tan generalizados, se llegó al convencimiento de que quien no comía carne era un traidor que no contribuía suficientemente al esfuerzo de guerra y era sospechoso de colaboracionismo marxista con las fuerzas del eje del mal y del ISIS. Si el ministro atacaba la industria de la carne española el que la apoyaba comiendo carne era de derechas. Evidente. ¡Todos a las hamburgueserías! Que hubo conservadores a los que la carne no les gustaba mucho hasta ese momento, que se metieron unos chuletones de espanto y se fotografiaron colgándolo en redes, para demostrar así su fidelidad al partido.
Y qué decir de los postulados del neofeminismo y de sus neoenemigos. Que ha venido a resultar que si no usabas el lenguaje inclusivo eras del Real Madrid o peor. Y si no mostrabas entusiasmo en la reivindicación del derecho al aborto libre y gratuito eras sospechoso de fachismo tramontano irredento y preconciliar, y por tanto merecedor del ostracismo social de que nadie te dé un like en redes (salvo los tuyos que te apoyarán hasta la muerte aun sin saber qué significa nada de eso).
También hemos tenido una fase en la que si en tu círculo de amistades se enteraban de que entraba en tus planes, por lejana que fuera, la posibilidad de comprarte un coche diesel había quien veía en ello el origen del cambio climático y la más desconsiderada muestra de falta de respeto por las generaciones venideras. Tamaña ofensa te podía hacer pasar a formar parte de manera inmediata de las cohortes demoniacas y más de una amistad se ha roto por esa causa. Hay quien divide el mundo entre mujeres y asesinos, entre buenas personas y maltratadores animales aficionados a los toros, entre respetuosos con el medioambiente y terroristas contaminantes.
Y ayer nos levantamos con la Olona poniéndose en ridículo solo por demostrar de manera acreditada que para extremista y acrítica ella. ¿Pues no ha dicho que introduciendo en un libro de ciencias naturales de cuarto de EGB (o a lo que ahora equivalga tener 10 años) la definición de masturbación lo que se está haciendo es meter en las aulas a los enfermos mentales que en los parques se masturban ante la gente?..
Que conociéndonos en breve vamos a empezar a quedar para pegarnos en la plaza los reprimidos sexuales noefascistas por un lado contra los que quieren que los pederastas den clases en gabardina desabrochada y pantalones por los tobillos a nuestros hijos.
¿Pero es que a la peña no le queda un mínimo de sentido del ridículo cuando dice estas chorradas? ¿Es que al bandista al convertirse en ello, le extirpan el gen del sentido de la vergüenza? ¿No se percata según lo está diciendo de la estulticia de lo que dice?.. Y lo preocupante no es que haya un líder que lo diga, sino que haya legiones de seguidores que lo asuman como real sin pararse a pensar la idiotez en que consiste lo que ha dicho y les baste solo el hecho de que lo ha dicho uno de los suyos.
¿Es que no se van a cansar nunca todos ellos de este juego de enemistarnos y de tenernos enfadados unos contra otros con estos truquitos de guardería?
La respuesta es no. Porque les da resultado.
Y Ya.
sábado, 23 de abril de 2022
CASARSE CON ALGUIEN
Era una expresión con distinta carga moral según cómo se usara. Podía ser una idea positiva o negativa, valorativa e incluso admirativa, o podía ser despectiva. A veces el sentido del uso era positivo queriendo expresar libertad, pero en otras se usaba la expresión despectivamente queriendo decir que no era fiable, e incluso que no era "de los nuestros". Por contra "no casarse con nadie" también se podía utilizar para describir un comportamiento honrado, el de quien solo está de lado de la verdad y lo justo y no del interés ni del sectarismo de lo que a uno de los lados acomode.
No me digáis que la elección de la expresión concreta para transmitir esa idea no tiene sus bemoles. Porque es que eso significa que se entiende que cuando te casabas con alguien tenias que renunciar a tus puntos de vista y asumir sin excepción los del cónyuge. Que casarse es estar siempre del lado de lo que diga, que estas obligado a sostener y defender sus opiniones. Que la fidelidad anula la capacidad de pensar por uno mismo y el sentido crítico.
Y Ya.
viernes, 22 de abril de 2022
LO HEMOS VUELTO A HACER (SOBRE VILLALAR)
Una vez más los españoles hacemos algo que se nos da muy bien: cortarnos la cabeza los unos a los otros, luchar entre nosotros..
Esta vez ha sido de nuevo con nuestro viejo vicio de usar algo que no tiene nada que ver como marco para reivindicaciones sectarias. Apropiarnos de lo compartido para hacerlo seña solo de lo nuestro expulsando a parte de sus propietarios.
Lo que debería ser una fiesta de la Comunidad (del latín "Común".. lo que nos une, lo que es igual para todos) se usa por los unos para hacerla suya expulsando a quien no es de los suyos. Y mientras por parte de los otros se cae en el error de admitir ese lenguaje tramposo y en lugar de reivindicarlo también como propio, se le regala al adversario admitiéndose que no es común sino suyo.
Pasa con parte del territorio nacional, con los símbolos de la nación, con las fiestas de las Comunidades autónomas.. Llega alguien y dice que son suyos.. y van los otros y en lugar de luchar por ello también como suyo, renuncian admitiendo esa "okupación".…
La izquierda castellana saca de nuevo a airear el viejo "manifiesto de Villalar" con el ánimo de «retomar el espíritu de lucha comunero» (Qué ya me dirás tú que tendrán que ver aquellas reivindicaciones de los comuneros con las reivindicaciones que ahora hace en algunos temas Podemos o el ala más radical del feminismo).. y va la derecha y entra en ese juego admitiendo que Villalar es cosa de rojos, que han ganado esa batalla y que no merece la pena lucharla siquiera.
Todo ello en lugar de reivindicarlo (los unos y los otros) no como espacio propio y excluyente sino como símbolo común y compartido.
Es el mismo ejercicio social sectario que quien permite que la derecha se apropie del uso de la bandera o cree que ese uso es de fachas, el mismo que quien dice que una parte del territorio debe ser independiente y que quien no está de acuerdo debe irse de este, que quien usa el aberri eguna o la diada sólo como reivindicación independentista en lugar de común a todos los vascos y catalanes...
Algo común de lo que unos se apropian en lugar de tenerlo por compartido, y otros admiten esa apropiación jugando a su mismo juego en el fondo.
Y ya.
viernes, 14 de enero de 2022
LAS FORMAS MÁS MEZQUINAS DE SECTARISMO
sábado, 8 de enero de 2022
SOBRE EL ATAQUE A LA MODERACIÓN
El siguiente momento en la escalada ha sido el apartamiento y el vacío social, en redes, profesional,.. como medida de presión en tanto sigas ateniéndote a esos principios tan peligrosos de la moderación, la falta de radicalidad y agresividad suficiente en tus postulados, y la ausencia de etiquetas que se puedan presumir de ti.
Parece sin embargo que entramos en una fase más estructurada en que se argumenta y respalda esta postura con silogismos que pretenden dar al argumento bandista y falaz un cierto baño de autoridad intelectual.
¡Que ahora resulta que soy una cosa que ni sabía que existía: extremocentrista y neo-rancio! ¿No sabes?.
Usa este lenguaje la autora para calificar estas posturas tan, por lo que se ve, socialmente reprobables
(Spoiler: El propio artículo es una magnífica muestra de paternalismo perdonavidas y condescendiente, y de que no es tan "supuesta" la superioridad moral de la izquierda (o al menos de quienes se han arrogado ahora serlo expulsando a los demás por tibios). Es buen ejemplo de la sutileza con la que hoy se hacen los señalamientos inquisitoriales del discrepante, del no suficiente e inquebrantablemente adherido al pensamiento políticamente correcto, del denunciante de esas actitudes.
Cada vez que un periodista usa la expresión "..lo que algunos llaman.." por no autocitarse o por pudor para no decir "..lo que he bautizado como..", se muere un hada en Nunca Jamás.):
“..Literatura de extremo centro, de la nostalgia o lo que algunos llaman pensamiento neorrancio es una corriente multiforme que, en una definición urgente, puede agrupar: a los alérgicos al lenguaje inclusivo o de género, a los que ven generarse nuevos tabúes que supuestamente cercenan la libertad, a los que sienten crecer la intolerancia en la izquierda, a los defensores de los valores del pasado y a los que huyen de lo que consideran una deriva identitaria frente a la tradición.
(..)
“Es evidente que estamos ante una actitud de repliegue que podríamos llamar Nueva Sensatez”, asegura Begoña Gómez Urzaiz, que coordina el libro Neorrancios. Sobre los peligros de la nostalgia (Península). Una macedonia que ha arrojado títulos interesantes y debates encendidos desde todos los espectros ideológicos: desde el cuestionamiento de los tabúes que pueden asfixiar la democracia en La casa del ahorcado (Juan Soto Ivars) al supuesto liberticidio de la izquierda que denuncia Generación ofendida (Caroline Fourest), pasando por el debate sobre la cultura de la cancelación que abordan ¿Se puede separar la obra del autor? (Gisèle Sapiro) o La sociedad de la intolerancia (Fernando Vallespín) y hasta la crítica a la “locura transgénero” en Un daño irreversible, de Abigail Shrier, sin olvidar el célebre Ofendiditos (Lucía Lijtmaer).
(..)
“Hay una exasperación ambiental muy irritante, una presión cada vez más fuerte para que tomes partido y un miedo cada vez más irracional a ser etiquetado en el lado equivocado. Quienes creemos que las afinidades literarias están por encima de los desencuentros políticos cada vez nos sentimos más asfixiados”, sostiene Sergio del Molino. El zaragozano relata situaciones que antes no le pasaban como que autores de izquierdas ya no van a la presentación de su libro porque el presentador, según ellos, es de derechas. Y viceversa: amigos de derechas que no quieren participar en un panel de un festival que ha convocado porque en él hay otra escritora muy significada de izquierdas. “Hace nada todos cenaban juntos y hasta eran amigos. Hoy no saben ni compartir un escenario o mantener la compostura durante un acto social. Es terrible”.
(..)
Uno de los autores más notables de esta corriente en España es Juan Soto Ivars, que denuncia la asfixia democrática que provocan los nuevos tabúes en La casa del ahorcado. “Hay una caza de brujas cada día, por los motivos más variopintos. Internet nos ha llevado a la sociedad de la mutua vigilancia, a una tiranía de las apariencias en la que hay que fingirse puro persiguiendo y purgando al acusado. La acusación y la condena se dan al mismo tiempo”, asegura el periodista, en la línea de Fernando Vallespín. “Se premian opciones puritanas, identitarias e intransigentes mientras se castiga la mezcla y se la acusa de equidistancia”.
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Hay una nueva intolerancia de izquierdas, asegura Vallespín, mientras la de derechas siempre estaba ahí. “Cada parte actúa como si solo pudiera prevalecer su concepción del bien, cuando en nuestras sociedades plurales debemos aceptar la multiplicidad de concepciones. Hay intolerancia cuando estas diferencias no se respetan y se busca imponer la propia. Lo están haciendo los populistas y un sector de la izquierda”.
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Como se puede ver, las etiquetas vuelan según quién habla y, en el caso de Sergio del Molino, sobran. “Lejos de aclarar nada, esas taxonomías empobrecen terriblemente el panorama. Yo no busco el acuerdo cuando leo. Las etiquetas ayudan a gente hiperideologizada que no quiere leer nada que les desafíe. El debate intelectual no debería ponérselo fácil a esa clase de individuos”…”
-Berna González Harbour-
BABELIA (El Pais) 8-1-2022
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