sábado, 23 de abril de 2022

CASARSE CON ALGUIEN

 

En castellano antiguo, ese que hablábamos antes del siglo XXI y que nuestros hijos ya ni hablan ni entienden, usábamos la expresión "casarse con alguien" para ilustrar adhesión a alguien o algo. La usábamos en su forma negativa: "Es una persona que no se casa con nadie". Con ella pretendíamos ejemplificar que era una persona libre en sus posturas, independiente, sin lealtades absolutas ni debidas a priori. Que nunca podías saber de antemano si iba a estar con unos o con otros pies no se ataba a argumentarios dictados sino que tenía sus propios puntos de vista y opiniones. Que era difícil de etiquetar o adscribir a un bando. Que se trataba de alguien con cuya lealtad nadie podía contar de manera incondicional, alguien con criterio propio. De quien "no se casaba con nadie" se podía esperar que a veces diera la razón a los unos y a veces a los otros con sujeción solo a sus principios o creencias. Alguien íntegro. Que no dependia de nadie. Al contrario por tanto se entendía, aunque nunca se usará la expresión afirmativamente, que quien se "casaba con alguien" es que era de los suyos y le daba siempre la razón pues se podía esperar que estuviera a su lado, de su parte, con adhesión inquebrantable, con un comportamiento esperable y leal, que podía contar con él en toda circunstancia. Un incondicional. Si alguien era de los que "no se casaba con nadie" era más inesperado, menos previsible. 

Era una expresión con distinta carga moral según cómo se usara. Podía ser una idea positiva o negativa, valorativa e incluso admirativa, o podía ser despectiva. A veces el sentido del uso era positivo queriendo expresar libertad, pero en otras se usaba la expresión despectivamente queriendo decir que no era fiable, e incluso que no era "de los nuestros". Por contra "no casarse con nadie" también se podía utilizar para describir un comportamiento honrado, el de quien solo está de lado de la verdad y lo justo y no del interés ni del sectarismo de lo que a uno de los lados acomode.

No me digáis que la elección de la expresión concreta para transmitir esa idea no tiene sus bemoles. Porque es que eso significa que se entiende que cuando te casabas con alguien tenias que renunciar a tus puntos de vista y asumir sin excepción los del cónyuge. Que casarse es estar siempre del lado de lo que diga, que estas obligado a sostener y defender sus opiniones. Que la fidelidad anula la capacidad de pensar por uno mismo y el sentido crítico.

Y Ya.

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