Hasta hoy no lo había entendido pero esta madrugada he
tenido una epifanía que me lo ha aclarado todo, así que me acabo de levantar aún con la idea fresca a escribirlo para que no se me olvide nada.
Siempre me había causado cierta frustración no entender de qué se hablaba cuando se decía lo de los universos múltiples o realidades paralelas. Cuando leía sobre física cuántica y teoría de cuerdas y allí se decía que con ello se abría la posibilidad a la existencia de una gran diversidad de dimensiones simultaneas nunca lo había entendido. La idea de mundos que convivían en el tiempo, realidades distintas aun siendo una sola, única y la misma era para mi tan incomprensible como la Santísima Trinidad. Cuando leía cómics en los que los personajes se movían entre distintas dimensiones, mundos en los que pasaban cosas distintas a la vez pero en el mismo entorno y con las mismas personas, aquello escapaba a mi comprensión. Se podía pasar a través de un agujero negro a otros universos en los que vivía la misma gente en las mismas ciudades pero pasaban cosas distintas en cada uno. Eran realidades paralelas, nunca tangentes. Similares pero que no llegaban a tocarse nunca y que no tenían posibilidad de llegar a conocerse pues ello trastocaría las unas por influencia de las otras. La concreción de todas las múltiples posibilidades que podían haber sido. Gatos de Schrödinger, visiones del Dr. Manhattan, si y no a la vez, vestidos que son al tiempo blancos y azules.. Conceptos demasiado complejos para mi entendimiento. Hasta hoy.
Siempre me había causado cierta frustración no entender de qué se hablaba cuando se decía lo de los universos múltiples o realidades paralelas. Cuando leía sobre física cuántica y teoría de cuerdas y allí se decía que con ello se abría la posibilidad a la existencia de una gran diversidad de dimensiones simultaneas nunca lo había entendido. La idea de mundos que convivían en el tiempo, realidades distintas aun siendo una sola, única y la misma era para mi tan incomprensible como la Santísima Trinidad. Cuando leía cómics en los que los personajes se movían entre distintas dimensiones, mundos en los que pasaban cosas distintas a la vez pero en el mismo entorno y con las mismas personas, aquello escapaba a mi comprensión. Se podía pasar a través de un agujero negro a otros universos en los que vivía la misma gente en las mismas ciudades pero pasaban cosas distintas en cada uno. Eran realidades paralelas, nunca tangentes. Similares pero que no llegaban a tocarse nunca y que no tenían posibilidad de llegar a conocerse pues ello trastocaría las unas por influencia de las otras. La concreción de todas las múltiples posibilidades que podían haber sido. Gatos de Schrödinger, visiones del Dr. Manhattan, si y no a la vez, vestidos que son al tiempo blancos y azules.. Conceptos demasiado complejos para mi entendimiento. Hasta hoy.
Y ha sido gracias a la radio. He oído una entrevista. Se
trataba del reciente conflicto entre cazadores y ecologistas por la
paralización de la caza en Castilla y León hasta la resolución de un
procedimiento por el Tribunal Supremo. Intervenían sucesivamente un
representante de los cazadores y un portavoz de un colectivo ecologista. Ha
sido iluminador, clarificador.. A pesar de que se trataba una misma cuestión la
falta de empatía más absoluta y el dogmatismo de cada interviniente impedían
lograr puntos de tangencia (y ya no te digo de convergencia). No solo es que no
fueran capaces de llegar a campos de acuerdo o de reconocer verdades objetivas
si no eran acordes a sus intereses, no es que no se escucharan siquiera, no que
estuvieran oyendo al otro y pensando que estaba equivocado.,.. es que hablaban
como en idiomas distintos. Es que aunque hablaban de la misma realidad parecían
estar hablando de realidades diferentes. Es que partían de premisas (ambos
desde posturas irrenunciables que les impedían entender al otro) tan completamente
diferentes y rocosas que configuraban realidades distintas aunque el nombre del
asunto fuera el mismo.
Era curioso oírles diciendo cosas como “pero.. estaremos de
acuerdo en que..” y notar en el otro interlocutor el espacio de silencio que
denota a quien no está entendiendo de qué se le habla siquiera.
Es lo que tiene hablar sólo con los tuyos (en este caso con
otros cazadores o con otros activistas medioambientales). Reduce tu campo de visión
hasta hacerte pensar que solo eso es la realidad y fuera de ella no existe nada.
Y ello es reconocible en los posicionamientos en todo el
espectro. En política, entre partidos, entre nacionalistas y no nacionalistas,
entre activistas del feminismo y defensores del statu quo, del aborto libre y
del derecho a la vida, del orgullo gay y del matrimonio homosexual vs
mentalidades más conservadoras, en todo tema de debate, en las conversaciones
ordinarias..
No es que haya un nuevo paradigma, una nueva forma de
relacionarse o de intercambiar. Es que la nueva forma de estructurar el
pensamiento es crear mundos paralelos, compartimentos estancos en los que no
dejamos entrar al discrepante con nuestra visión. Creernos tanto en posesión de
la verdad absoluta e indiscutible (literalmente) y negarnos la posibilidad de
ponernos siquiera en los zapatos del otro un momento para tratar de entenderlo
y llegar a acuerdos. Es la justificación de la polarización:
“Tengo razón y si no
se dan cuenta los demás peor para ellos. El peso de esa posesión de la verdad
es tan abrumador que me siento en la potestad de hacer lo que me venga en gana.
Ello me da licencia para saltarme la necesidad de negociar, acordar.. o
siquiera la de tratar de convencerlo. Puedo ahorrarme el paso intermedio. Ello
me permite saltarme la ley si no está de acuerdo con mi punto de vista, imponer
mi idea, crear pensamiento único que haga sentirse mal a quien piense distinto,
apartarle apestado e incluso insultarle, presionarle y hasta criminalizarle, e
incluso obligar a los demás a actuar bajo mis premisas. Allá ellos si no lo ven
tan claro como yo. Yo tiro y el que no esté de acuerdo que arree.”
..Y vale para todo y para todos (Y todas).
Y ya.
Y ya.