lunes, 20 de julio de 2015

TEORÍA DEL RELATIVISMO SELECTIVO DE LEVI-STRAUSS

Falacia número 7:  A es verdad si me viene bien a mi y falso si me perjudica

TEORÍA DEL RELATIVISMO SELECTIVO
DE LEVI-STRAUSS

(o SINTOMATOLOGIA DE LA AMNESIA DE LOS ABSOLUTOS)

Estos son mis principios. Si no le gustan tengo otros.
Groucho Marx

Enunciado: Si sostienes A es porque es la opción que te beneficia.
(El bandista no concibe que se pueda defender una postura que perjudique a quien la mantiene)

Ejemplo:
“ - Angel ha dicho A.
-   Será que gana algo con ello.”

“ Rodolfo señaló que en el año 2015 el servicio de correos ya debería ser de carácter privado. Al oírlo Ana pensó –seguro que tiene una empresa de mensajería-”

“- Aquí sobran funcionarios. Hay que adelgazar las administraciones.
  - Si hombre, ahora que estoy yo preparando oposiciones”

El autor y su teoría:

A finales del siglo XIX el hermano gemelo del famoso fabricante de ropa vaquera le pidió un día de asuntos propios para bajar a la ciudad a hacer unas gestiones. Harto como estaba de remachar telas para su pariente se centró durante toda esa jornada en elaborar el principio que nos ocupa. El pequeño de los Levi-Strauss se había fijado en que la vida en el salvaje oeste era una jungla y que todo el mundo actuaba por el interés personal y el egoísmo individualista más despiadado. A esa misma conclusión habían llegado ya antes otros filósofos y pensadores que dándole un baño de teoría socioeconómica convirtieron este simple postulado en la base del estilo de vida norteamericano. Lo llamaron CAPITALISMO. Pero volvamos a nuestro protagonista, quien, desengañado de que una prostituta llamada “Langtry Legs” quisiera cobrarle por sus servicios, redactó el “Manuscrito interesado”, en la servilleta que ya se ha hecho famosa y cuyo original se custodia y expone al público en la habitación del Burdel “Rose of nose” donde fue escrita y que aun hoy puede visitarse. Allí estaban recogidas ya las principales líneas de su teoría.

También denominada posteriormente por la doctrina “Tesis del Sometimiento interesado de la verdad al provecho” (Renuncia de la verdad por el beneficio), o más brevemente “Teoría del interés”[1], Levi-Strauss sostiene en su ella que la verdad no existe. Nada es absoluto para él, todo es relativo a como te afecte y depende de la esperanza de ganancia que tengas en el tema. Los principios son moldeables o mejor no existen entendiéndolos como irrenunciables. Si alguien opina es porque puede conseguir algo con ello. Nadie puede sostener en alto algo que le pueda perjudicar. Si fuera así se lo callaría. Si se sostiene una idea es porque en caso de predominar resultará beneficiado. No cabe otra forma de entenderlo. Aunque la conexión sea imposible de establecer algo raro habrá. Seguro. El “Luis” de turno parte de esta premisa y cree que todos los demás también lo hacemos. A través de sus ojos no se ven ideas sino intereses. Desde ese punto de vista se entiende que valores como la búsqueda de la verdad o la justicia carezcan de sentido. Solo importa la obtención del beneficio. El egoísmo es la regla. No existen el altruismo ni la honradez. Se excluye la posibilidad de la honorabilidad. No hay opiniones desinteresadas y objetivas.
Esta concepción del mundo parte de la desconfianza hacia el ser humano, que por naturaleza es egoísta (Cree el ladrón..). Al “interesado” (usuario de esta falacia) le resulta IMPOSIBLE concebir que alguien pueda actuar contra sus propios intereses conscientemente (solo le cabe entenderlo como error o por estupidez). Quienes sufren este síndrome a lo sumo que pueden llegar es a tergiversar en lugar de profundizar y siempre actúan en función de los intereses, nunca de la verdad.




[1] Coloquialmente conocida por el adagio latino “Por el interés te quiero Andrés”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario